Solo hay algo peor que la Navidad y todo lo que incluye, (posadas, fiestas familiares, tráfico infernal, villancicos, vino espumoso, etc.) y es la primera quincena de enero, afortunadamente hace muchos años que lo sé, ya alguna vez recibí información sobre el famoso “Blue Monday” que más bien debería llamarse “Blue Month”, y no es que mal de muchos sea consuelo, pero de algo ayuda saber que no está solo uno con este horrible padecimiento.
La primera quincena de enero debería venir con advertencias y números para casos de emergencia, andamos todos como zombies deambulando por la vida sin saber si íbamos o veníamos, y mucho menos quiénes somos y para qué estamos aquí. Los medios de comunicación y la publicidad tampoco ayudan, los anuncios comerciales con promesas sobre ahorro y opciones milagrosas para bajar de peso nos recuerdan los excesos en los que sin ningún pudor incurrimos durante todo el mes. ¿Por qué parecía todo tan fácil en diciembre? Todo era fiesta y motivo de celebración, con mi natural talento para desconectarme de todo y tirarme al abuso hice lo propio, mis estados de cuenta y la báscula me lo recuerdan sin ninguna misericordia.
Voy al supermercado por primera vez desde el año pasado, los estantes que estaban en la entrada atiborrados de botellas de licor y chocolates listos para regalar están ahora ocupados por lechugas, ropa para hacer ejercicio horriblemente fosforescente y aparatos ejercitadores a meses sin intereses. Con gran desolación avanzó por los pasillos como si fuera la primera vez que voy al súper, pienso todo el tiempo que me aprietan los pantalones por comer tanto, pero cuando paso por la panadería y veo las roscas de reyes en descuento decido que es mi última oportunidad de comer rosca en este año y me abalanzo sobre la que queda, no soy capaz ni siquiera de recordar qué cereal es el preferido de mis hijos, mucho menos puedo entender a la chica de la caja que me pregunta si traigo tarjeta de puntos y boleto de estacionamiento, quien debió pensar que soy idiota pues solo atiné a verla con cara de chino.
¿En dónde quedaron esos hermosos días en los que mi amado Doctor y yo no teníamos otro pendiente que acabarnos nuestra cerveza para irnos al mirador de San Carlos a disfrutar del atardecer?
Con achaques nuevos que se suman a los ya identificados trato de poner orden a mi vida, pero es tan larga la lista de pendientes que como en secundaria, me ofusco y cierro la agenda, prefiero enfocarme en problemas reales, como: ¿Qué será más efectivo para aliviar el hipo?. Trato de distraerme un poco navegando en las redes sociales, pero descubrir que noticias como el tema del desabasto de combustible y el huachicoleo, tema que parece nuevo para los capitalinos pero que en provincia es parte del sujeto y predicado de todas las oraciones sobre corrupción e inseguridad, ocupa el mismo espacio en comentarios e información que el vestido que llevó Yalitza Aparicio a los Golden Globes, y sobre el error de Galilea Montijo al confundir la colonia Roma tituló de la película de Alfonso Cuarón con la ciudad, en un programa tan profundo y con una audiencia tan exigente e informada como el de “Hoy”, me hacen perder la fe en la humanidad, y pensar que definitivamente estamos condenados a auto extinguirnos, regresando de unas maravillosas en vacaciones con mis hijos en Mérida, en las que visitamos las maravillas de la civilización Maya, me queda más claro que nunca que somos un error de la evolución y no puedo entender en qué momento perdimos tantas capacidades.
Los Mayas eran sabios, observaban las estrellas y sabían cuándo cosechar, se dedicaban al comercio y respetaban la naturaleza, nosotros no hacemos otra cosa que pelear y discriminar al de al lado, empiezo a pensar que buscamos el final con desesperación.
Espero pronto cualquier motivo de enajenación que me devuelva la esperanza y mi feliz inconsciencia, mientras tanto me sumo al esfuerzo por no comentar nada que no me conste ni cuya veracidad no esté comprobada, porque ya bastante tenemos con el clima, la contaminación y el tráfico como para estar leyendo a los expertos de Facebook opinando sobre todo.