De todas las funciones que tiene un teléfono móvil, la principal razón por la que la gente lo adquiere es por las interacciones que permite a través de la captura fotográfica.
En columnas anteriores hice referencia sobre la importancia de ésta en momentos históricos de este siglo, así que hablemos desde otro enfoque el caso Huawei, que desde 1987 se ha dedicado a la alta tecnología especializada en investigación y desarrollo, producción electrónica y marketing de equipamiento de comunicaciones. Además, de redes personalizadas para operadores de la industria de telecomunicaciones. Este año lanzó su modelo P20.
Aunque debería cobrar regalía por describir las bondades del modelo, adjunto los links si es de su interés al final de este artículo, pero aquí lo sintetizo: De todas las mejoras posibles, 20 megapixeles, definición, mayor detalle en zonas oscuras, tres lentes Leica (este es importante mencionar que es de las mejores ópticas en lentes, incluso de prestigo como captura de fotografías que emite la NASA) Pero, lo adicional que tiene este smartphone es la posibilidad que permite la toma de video: “Cámara lenta”, y “Video en retroceso”. ¿Tiene usted idea de la cantidad de información visual que estos dos recursos nos puede permitir?
A groso modo, nuestra visión -aunque usted no lo crea- tiene una observación perimetral fuera de foco, o sea que lo que está a su alrededor usted lo percibe borroso, solo reaccionará a los estímulos visuales, lo que usted y yo vemos, es el centro de nuestra visión, ésta tiene una profundidad de enfoque de 3 metros, haga la prueba. Si tiene una taza cercana colóquela frente a usted y sin dejarla de ver hágase conciente que el fondo de su escenario de taza está totalmente fuera de foco, y lo mismo sucederá si observa el entorno trasero que cubre su taza, esta aparecerá fuera de nitidez.
Así funcionan nuestros ojos, pero no para la fotografía. En ella en la automatización de los smartphones absolutamente ¡todo está nítido!, recorremos la mirada sobre la imagen y nos sorprende ver cosas que no vimos, ¡cómo! Pues le cuento que el punto ciego que todos tenemos es “el tiempo”. Se ha preguntado ¿cuánto tiempo tarda en ver una fotografía?, el famoso “Zapping” que nos permite un control remoto, o el “Browsing” en un artículo o incluso en nuestro smartphone lo “ojeamos” en milésimas de segundo, esa brevedad solo se enfoca a buscar lo que el cerebro indica a la mirada a encontrar, el resto es discriminado. (Este principio es altamente utilizado en diseño de páginas web, quizás por ello usted destina una cantidad mínima en navegar y casi siempre terminamos mayor tiempo frente la pantalla, los desarrolladores conocen mejor el movimiento del ojo humano).
Así interactuamos en redes sociales desde nustro dispositivo móvil. Por lo tanto, al brindarnos la posibilidad de lectura lenta y en retroceso, nos expande la mirada, se expande la lectura de la imagen, entonces el espectador observará (dentro de lo que cabe) “lento” anulando ese punto ciego llamado “tiempo”, por sencillo que parezca aquí hay una gran puerta a un camino de interpretaciones y observaciones desapercibidas que serán referidas en su momento.
¿Y la Guerra Tecnológica? Comencemos, Huawei en cuestión de ventas ya superó a Apple, marca estadounidense y Samsung marca coreana, antes líderes en el mercado. El plus que tiene este móvil, no solo es tecnológico al cliente-usuario, sino desde la fabricación Huawei elabora desde el primer filamento hasta el empaquetado final, esta industrialización lleva a fabricar un Smartphone cada 28 segundos y medio, eso no es solo parte del arsenal de la guerra tecnológica, su fortaleza en materia prima. China es productor de los principales componentes que tiene un Smartphone: policarbonatos, magnesio, silicio, vidrio, cobre, oro y platino, litio (conocido como oro blanco, donde más se extrae en en cono sur de Ámerica, y Australia), el coltán (se produce principalmente en África y Venezuela) y el grafeno que es carbón puro en un proceso de comprimido hexagonal, lo interesante es que las patentes para las aplicaciones de estas pertenecen a China.
Desde que Trump tomó la presidencia de su país, ha construido una llamada “guerra comercial” con China, a pesar de colocar altos aranceles, Hauwei ya vendió en U.S.A. más de 6 millones de Smartphones en seis meses, pero después de este 1 de diciembre de 2018 cuando la directora Finaniera de la marca china de smartphones y Meng Wanzhou hija del fundador de Huawei marca el principio de la guerra tecnológica entre EE.UU. y China.
La señora Wanzhou fue arrestada cuando hacía escala en el aeropuerto de Vancouver, a petición de las autoridades de EE.UU., que alega que Huawei habría violado el embargo a Irán suministrando componentes tecnológicos americanos y engañando a bancos americanos.
Se preguntará, ¿y por qué en Canadá? Le recordamos que las principales mineras internacionales son canadienses y la minería masiva está devastando la naturaleza de nuestro planeta.
Seguramente usted me está leyendo en una pantalla digital, bienvenido a la guerra tecnológica; ésta tiene muchas vertientes, una devastación ecológica (aunque ayudamos mucho negándonos a usar popotes y bolsas de plástico), un encantamiento por tener la tecnología que nos brinda como símbolo de poder socio-cultural, la guerra mercantil, la industrialización masiva, y lo que sucede dentro de todo esto, en el mundo virtual: La guerra de las falsedades para confundir la información del otro.
https://consumer.huawei.com/es/phones/m/p20/
https://www.adslzone.net/2018/06/20/camara-leica-huawei-p20-pro/
Cristina Ortega. Fotógrafa desde hace 25 años, amante de la imagen en cualquiera de sus expresiones, fundadora de Arte NiNi A.C. Doctorante del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades – U.N.A.M. y U.A. de C.
