Al ser la única de las cinco entidades que tienen elecciones el próximo año para elegir gobernador, las miradas se concentran en Baja California.
Una entidad que al ser fronteriza genera identidad con su país vecino, lo cierto es que desde 1989 que este país vivió la primera alternancia en una gubernatura, Baja California ha mantenido un camino recto de gobiernos panistas.
Hoy, después de los resultados de julio pasado, tal parece que esa entidad se prepara para otra alternancia, 30 años después de aquella histórica elección que daba cuenta de un proceso democrático en el que la ciudadanía se deba una oportunidad de conocer otra forma de gobierno.
En julio, según los resultados electorales la propuesta de izquierda de la coalición Juntos Haremos Historia arrollaron en votación frente a las demás propuestas electorales, llama la atención como un estado bastión panista optó por no dar ninguna oportunidad al partido que ha gobernado por casi tres décadas.
Esos resultados han sido el punto de partida para el análisis político de la elección del año siguiente, que tiene distintas aristas: es una elección totalmente local, ya que los cargos federales se eligieron en la elección pasada; el mayor representante de Morena no se encontrará en las boletas; la elección será en junio, seis meses después de la toma de protesta del nuevo gobierno en México; el Partido Acción Nacional se está reorganizando después del fracaso tanto de la coalición formada con el PRD y Movimiento Ciudadano, como de la propia elección del 1 de julio.
Dentro de las expectativas de los partidos políticos, por ejemplo para Morena esta elección significa confirmar que para los mexicanos es un proyecto que se propone realmente una esperanza de cambio y mejoría; mientras que para el PAN significa retener su histórico bastión, una oportunidad para reconstruirse desde las cenizas en que quedaron después de los errores y de la guerra interna por el poder que les queda.
A siete meses de la jornada electiva en Baja California las estructuras partidistas trabajan, mientras que Morena determinó continuar con su dirigencia nacional un año más. El PAN se sometió este fin de semana a un proceso electivo, con la renuncia de uno de sus principales militantes adornando la jornada, la del expresidente de la República, Calderón Hinojosa, alegando falta de democracia interna.
En los medios de comunicación locales de Baja California se da cuenta de cómo se están preparando las fuerzas partidistas para enfrentar el reto electoral de 2019, Morena ha nombrado un Delegado Nacional experimentado y probado en su actividad política; el PAN tenía en mente enviar a su ya nuevo dirigente nacional; los demás partidos políticos como el PRI siguen sin fijar una ruta clara, enfrascados al igual que el PRD en cambios radicales que logren desmarcarlos de la derrota electoral.
Mientras todo ello sucede, el calendario electoral fijado por el Instituto Electoral de Baja California sigue su curso, faltan 201 un días para la jornada electiva del 2 de junio, donde la joya de la corona sin duda es la gubernatura; sin embargo, se suman cinco ayuntamientos y 25 diputaciones.
Las actividades siguen y tendremos que esperar a enero de 2019 para conocer cuáles y cuántas solicitudes de coaliciones se presentan y se aprueban. El reto es mayúsculo para los partidos políticos, pero sobretodo para la ciudadanía que deberá elegir a su gobierno por los próximos seis años.