En dos meses habrá una sacudida en la administración pública federal por el cambio de gobierno y, también, por la salida de muchos cuadros que hicieron funcionar la administración dando resultados poco vistos en beneficio de los ciudadanos.
El caso de Idelfonso Guajardo es especial. El secretario de Economía, junto con su equipo, supo lidiar un búfalo como Donald Trump. A Guajardo se le debe, sin duda, mantener el acuerdo trilateral de libre comercio entre Estados Unidos, Canadá y México.
Un cuadro de este nivel le hace bien al gobierno de México, sea cual fuere su ideología o membresía partidista. La profesionalización de la administración pública requiere de profesionales como el secretario de Economía.
Otro caso de excelencia administrativa es la del hidalguense David Penchyna que es el director del INFONAVIT. Este organismo tripartito, en el que participan los trabajadores, el gobierno y la iniciativa privada, ha tenido una operación que ha beneficiado a sus derechohabientes.
A 46 años de su creación, el INFONAVIT ha entregado 10 millones de créditos de los cuales 3.1 millones se dieron en este sexenio. Además, seis de cada 10 créditos son entregados a jóvenes de entre 18 y 24 años, lo que significa que esa generación ya tendrá parte de su patrimonio futuro asegurado.
Además, la cartera crediticia del Instituto está sana en 96 por ciento.
En el mismo ramo, el de la vivienda, esta FOVISSSTE. Luis Antonio Godina es el titular de este organismo, entregó 68 mil 457 créditos a trabajadores al servicio del Estado bajo el sistema de puntaje, algo innovador para quienes son burócratas. Además, para abatir la cartera vencida, se implementó un esquema de convenios de reestructuración entre derechohabientes con saldo negativo y la institución. De esta manera se mejoraría la situación crediticia de los trabajadores y, así, evitar la judicialización del crédito.
Aquí están solo tres casos de funcionarios públicos que sí sirvieron a la gente. Rediseñaron los esquemas de sus instituciones y las hicieron funcionar en favor de la gente.
Penchyna, Godina y Guajardo son ejemplo de que hay profesionales del servicio público y la política. Ojalá siguieran en la administración pública, son cuadros, reitero, de alta valía y con una calidad poco reconocida por la sociedad. Pero ya se van.
La Letrina. Que se vayan personajes como los arriba mencionados es lamentable. También lo será para aquellos que han hecho del servicio civil de carrera una verdadera entrega en lo personal y lo profesional. Eso de los bajos salarios no acaba de gustarme, hay profesionales y técnicos en la administración pública que merecen ganar lo que ganan, aunque sea más que lo que percibe el presidente.
