El término “casilla única” surge de manera formal con la reforma político electoral de 2014, y se refiere a la casilla que se instalará para recibir la votación en las elecciones concurrentes a cargos federales y locales.
Su finalidad es eficientar los recursos humanos y materiales del INE, quien es el responsable no solo de la instalación de las casillas, sino de facilitar a los electores votar en este tipo de ejercicios, como el que viviremos el primero de julio.
Comicios en los que se elegirán cargos de elección popular tanto federales como locales, lo que implicará la existencia de casillas únicas a las que podremos acudir para recibir en un mismo acto, las distintas boletas y emitir así nuestro sufragio en ambos niveles de gobierno.
Quizá lo más complicado para el elector, será no depositar las boletas una vez cruzadas por la opción de su preferencia, en una urna equivocada. Pero para que ello no suceda así, está uno de los escrutadores de la mesa directiva de casilla, cuya función en el desarrollo de la jornada, es auxiliar al ciudadano en esa fase del sufragio.
Es muy interesante el protocolo que se ha diseñado para el transcurso de la votación, más allá de lo que conocemos: instalación de la casilla, inicio, desarrollo y cierre de la jornada electoral, además de una serie de actividades adicionales que llevarán a cabo aquellos ciudadanos que decidieron aceptar la encomienda de ser funcionarios de casilla.
En la casilla única, tenemos un presidente, dos secretarios, tres escrutadores y tres suplentes generales, 9 personas en total, y cada una de ellas tiene una función especifica y fundamental; esto ayuda utilizar con eficacia los recursos humanos, pues en lugar de instalar dos mesas directivas para recibir los votos federales y locales, es solo una, con más integrantes y tareas determinadas.
En las distintas etapas de la jornada del 1 de julio, quienes integren la mesa directiva de casilla tendrán algo que hacer, durante su preparación e instalación, desarrollo de la votación y en el escrutinio y cómputo, como en el juego de la pirinola, en el que “todos ponen”.
Las tareas como el hecho de instalar la casilla y contar las boletas, revisar los materiales, marcar las credenciales, tintar el dedo pulgar, revisar el listado nominal, poner el sellito con la frase “votó” a un lado de la imagen de la credencial del ciudadano y regresar la credencial al elector, son las que todos conocemos.
Pero también hay tareas que parecieran imperceptibles, pero son de un alto contenido social, como la encomendada al tercer escrutador en la fase del desarrollo de la votación, consistente en organizar y auxiliar a los votantes en la fila, facilitando el acceso a personas con discapacidad, personas adultas mayores, mujeres embarazadas y personas con infantes en brazos.
Son de las cosas que en momentos no tomamos en cuenta, pero que son fundamentales; es una forma de decirle al ciudadano que es lo más importante, considerándolo y dándole un trato correcto en razón de su circunstancia particular.
En efecto, los funcionarios de casilla, a parte de ser capacitados para la recepción y conteo de votos, también son sensibilizados para tratar a los ciudadanos de forma cordial y generar empatías al momento de la participación.
Pareciera un tema menor, pero no lo es. Estas acciones son pequeños detalles que humanizan a las instituciones, permiten accesibilidad para todos y nos hacen sentir mejor.
El trato cordial también genera mayor participación, ciudadanos tratando bien a otros ciudadanos, permite construir educación cívica.
La elección es compleja, son muchos cargos a elegir, la jornada será cansada y existirán momentos de presión por hacer las cosas bien, pero sin duda alguna el hecho de que en los protocolos de funcionamiento de la casilla única se considere el trato y atención a los electores con alguna condición específica, nos coloca en otro nivel.
Desde el 2014 que se determinó la concurrencia de las elecciones locales y federales, se han señalado defectos o inconvenientes del sistema de recepción de votos en casilla única, pero debemos también hacer notar las cosas buenas que ofrece, ser positivos y rescatar lo que se hace bien. Lo demás siempre será perfectible, con el fin de fortalecer e ir consolidando los procesos democráticos de nuestro país.
Sandra Vivanco Morales. Twitter: @SandraVivanco13 Facebook: Sandra Vivanco Morales | Web: https://sandravivanco.wordpress.com