Una encuesta publicada por El Financiero ayer lunes, pone a la candidata Claudia Sheinbaum como la favorita en la intención del voto en la elección para Jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
La intención del voto le favorece a Sheinbaum con el 52 por ciento. Alejandra Barrales tiene en su haber el 27 y Mikel Arreola suma 14 por ciento.
¿Cómo podríamos explicar estos números? Primero es que Sheinbaum está identificada plenamente con el candidato presidencial que implementó los programas sociales en la capital (apoyo a adultos mayores, becas para hijos de madres solteras, becas para estudiantes), que es López Obrador.
Los números de Alejandra Barrales muestran que la marca PRD ya está gastada en la capital y los negativos de la administración central (Mancera) y las delegaciones (Gustavo A. Madero, Venustiano Carranza, Iztapalapa, Iztacalco, Coyoacán y Álvaro Obregón, del PRD, más Benito Juárez del PAN) los carga la candidata del Frente.
Arreola navegará toda la campaña con la etiqueta de un partido inexistente en la ciudad y el referente del tricolor es Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre.
A Alejandra Barrales se le cuestionará por la inseguridad de la ciudad. La criticarán por los actos de corrupción de varios de sus compañeros de partido. No le van a reconocer que ella fue parte, en su momento, de todos los avances sociales que transformaron a la CDMX en la entidad más plural y libertaria del país.
A Sheinbaum, por el contrario, se le verá como quien pertenece al equipo que logró cambios sustanciales en la capital mexicana (López Obrador y Marcelo Ebrard) y que su formación científica será determinante para comenzar a resolver los problemas de la metrópoli.
Por desgracia, los tres candidatos a Jefe de Gobierno tienen un lastre común: varios de los candidatos a diputados federales y locales, además de alcaldes, no son las mejores caras de sus partidos.
Así están los números hoy. A unas semanas de que inicien las campañas, veremos cómo se van moviendo las preferencias de los chilangos que, por cierto, están más que enojados por la actuación de Miguel Ángel Mancera.
La Letrina. Ayer escuchamos en el programa de Ciro Gómez Leyva en radio a Diego Fernández de Cevallos y a Aristóteles Núñez opinar del caso Ricardo Anaya y el presunto lavado de dinero. Para el dirigente panista, la PGR no ha hecho más que actuar en contra de un político opositor. Dice que lo importante de la transacción realizada por Anaya es que la reportó a las autoridades y pagó impuestos. Núñez, ex director del SAT, dice que no ve más allá de una transacción como muchas que se hacen en el país todos los días. Sólo ve dos cosas que le llaman la atención, que el préstamo con el que se hace la compra de un terreno se lo conceden a la esposa de Anaya, pero si ella lo entregó a la sociedad de su marido, ahí quedaría el asunto. El segundo el valor agregado que obtuvo el candidato panista, pero nada fuera de la ley.
¿Los habrán escuchado en la PGR y en el equipo de campaña de José Antonio Meade? Parece que la PGR adelantó sus tiempos.
Por cierto, los señores “N”, esos que se manifestaron lavadores de dinero, ¿en qué y con quienes más tienen tratos para blanquear dinero para aventarse a involucrar a un candidato presidencial en sus trapacerías?