La caprichosa renuncia de Gabriela Cuevas al Partido Acción Nacional y su codiciosa incorporación a Morena, mostró una vez más que para los políticos en México, el poder es para poder.
Ni más ni menos.
Muchos se escandalizaron y fue cuestionada dentro y fuera del PAN.
Que hizo berrinche, que es arribista y que es desleal, fue lo menos que le dijeron. Y quizá tengan razón, aunque haya sido la ira la que los llevó a calificarla de tal manera.
Pero como dice el dicho, para tener lengua larga hay que tener cola corta.
Marcelo Torres, secretario general del PAN, salió con todo a exhibir a Cuevas de que su renuncia fue por un chantaje que el PAN no permitió.
Pero se les olvida que, si alguien ha chantajeado, denostado, traicionado y manipulado las cosas a su favor ha sido precisamente, su expresidente nacional Ricardo Anaya.
¿A poco ya se les olvidó?
Traicionó a sus “amigos” panistas con tal de llegar a dirigir al partido; se amañó miles de spots desde la presidencia panista para ir allanando el camino; le exigieron piso parejo, él les dio la espalda completa; marginó a quienes lo cuestionaron; sepultó a quienes lo encararon; mordió la mano a quien le dio de comer, pisoteó y pasó por encima de muchos hasta lograr la alianza a modo que lo hizo candidato.
En su faceta de hazmerreír, el ex presidente Vicente Fox no se quiso quedar atrás en los señalamientos y le lanzó a la senadora: “Que mal te ves Gaby, que dirán nuestros fundadores: unos morenos y otros amarillos. Tal para cual”.
Cuesta trabajo creerle a Cuevas, es más, es imposible, que se va con Morena por el bien de México, porque su partido Acción Nacional es incapaz de llevar un gobierno de coalición.
De insignificante memoria, Gaby Cuevas cambió las férreas críticas a Obrador por una curul que la mantenga en la “buena vida”. Desde su curul en la Asamblea Legislativa, no lo bajó de corrupto, lo llamó mentiroso, trasnochado, que vivía en el pasado y que gobernó muy mal el otrora Distrito Federal. Hoy dice que Andrés Manuel es un hombre muy alegre que busca la unidad del país y que va a combatir la corrupción.
Lo han dicho los panistas y lo reiteró su nuevo redentor, su inesperado arribo a Morena es a cambio de una diputación plurinominal (o sea, sin mover un dedo) para mantenerse en la Presidencia en la Unión Parlamentaria, porque el requisito es que sea legisladora y con ellos viajar por el mundo, ostentando el cargo. Saque usted sus conclusiones.
Gaby Cuevas quiere la diputación y AMLO se la prometió.
No es la primera, ni será la última.
La lista de los políticos tránsfugas es interminable.
Según la Real Academia Española tránsfuga significa 1.- Persona que pasa de una ideología o colectividad a otra, y 2.- Persona que con un cargo público no abandona este al separarse del partido que lo presentó como candidato.
Cómo verá tenemos tantas historias de este estilo, como para hacer el AlmanaqueTránsfuga.
Sin duda en los cuartos de guerra de los tres precandidatos debe haber preocupación, aunque las señales que mandan sean otras.
Aumenta la desbandada en el PAN y PRD; José Antonio Meade no crece o lo hace muy lento y trae a cuestas el pesado problema de la corrupción, y Morena abre sus puertas a todo el que solicita su entrada, sin considerar riesgos de una inclusión tan abierta y de los personajes que se han unido a su proyecto.
Todavía sigo creyendo que algunas candidaturas al senado, diputados, alcaldías o gubernaturas son broma. Usted ya sabe los nombres.
Parece que en este proceso electoral continuarán las bromas, lo increíble y las payasadas de algunos. Sin duda seguirán sorprendiéndonos y esto apenas comienza.
Es la lucha del poder por el poder. ¿A quién quieren engañar? Ni es por México ni por los mexicanos.