jueves 16 mayo, 2024
Mujer es Más –
ADOLFO LABORDE

«COLUMNISTA INVITADO»: Rusia en México

Rusia se abrió paso en un mundo capitalista complejo y se adaptó al mismo.

Conozco a los rusos; tuve muy buenos colegas de ese país en distintas etapas de mi vida. Rusia, antes la URSS, siempre fue enigmática y atractiva para mí. De hecho, cuando cursaba el último semestre del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) intenté, sin éxito, conseguir una beca para estudiar en la Universidad Rusa de la Amistad de los Pueblos (URAP). Se atravesó Mijaíl Gorbachov. La perestroika (reestructuración) y la glásnost (apertura) se impusieron. La URSS caería en una crisis política y económica en el año de 1991 para dar paso y convertirse en la Comunidad de Estados Independientes (CEI) antesala de lo que hoy conocemos como la Federación Rusa. Nuevas naciones aparecieron en la geografía política de Asia y Europa Central. Eran los años noventa. Una infinidad de hechos transcurrieron cuando Rusia estuvo comandada por Boris Yeltsin hasta que a principios del año 2000 apareció en escena Bladimir Putin, un ex agente de la KGB que ha llevado las riendas de ese país desde entonces.

Muchos creímos que el fin de la historia, desde la narrativa de Francis Fukuyama, sería lo que aderezaría a los siguientes años. No fue así. Si bien es cierto el capitalismo se impuso al modelo estático de una economía planificada, eso no significó que las relaciones de poder simétricas o asimétricas dejaran de existir. Rusia se abrió paso en un mundo capitalista complejo y se adaptó al mismo. La guerra fría heredada de la segunda guerra mundial finalizó en 1991, sin embargo, dio paso a otro tipo de enfrentamientos qué en palabras de Michael Porter, podemos denominar la lucha por la competitividad entre las naciones, es decir, guerras económicas de nueva generación que no solo son comandadas por empresas globales o multinacionales a través de la inteligencia económica estratégica, sino que también los gobiernos juegan un rol fundamental en el campo de batalla denominado mercado global por medio de la geopolítica y geoeconomía.

En este contexto podemos ubicar los múltiples conflictos internacionales que gracias a un actor u a otro, usando o no el poder (duro o suave) no se han podido resolver. Ejemplos sobran: Siria o Ucrania son dos claros casos de ello. Algunos países que buscan dejar sentir su influencia global y cumplir con sus intereses nacionales acuden o echan mano de una gran cantidad de herramientas que pueden ir desde apoyos (políticos o económicos) a movimientos sociales que pueden desestabilizar a un país, hasta sabotajes informáticos que ponen en apuros a los sistemas electorales de naciones desarrolladas o en vías de desarrollo.

Otro mecanismo es la expansión de los intereses económicos por medio de inversiones en el exterior o por el incremento del comercio exterior. Esto, al fin de cuentas, representa una mayor interacción y abre las puertas a los gestores de ello, es decir, a personas. En este contexto destaco la visita que realizó recientemente una delegación rusa de alto nivel en octubre pasado a México que buscaba una mayor profundización económica entre los dos países y en donde se destaca la propuesta de iniciar las negociaciones de un Tratado de Libre Comercio (TLC) entre los dos países. Este evento pasó desapercibido en el país, sobre todo en una coyuntura de renegociación del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica (TLCAN).

No estoy seguro si esto lejos de contrarrestar la influencia del TLCAN en el país, vulnere y pueda atentar contra la seguridad nacional. No hay que olvidar lo que sucedió con el tema de la intervención de los correos electrónicos de algunos demócratas en la pasada campaña electoral en los Estados Unidos. Por cierto, olvidaba mencionar que de acuerdo a la Embajada de Rusia en México, el comercio entre ambas naciones ascendió a 1,700 millones de dólares en el año de 2016. ¿Esto es mucho o poco? Sin duda, esto depende de la óptica con que se mire y la coyuntura por la cual atraviesa el país.

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Adolfo Laborde. Analista internacional. Profesor Investigador de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac.

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