Cada vez es mayor la presencia de las mujeres en el ámbito laboral. De acuerdo con el “Informe sobre el Desarrollo Mundial 2012” realizado por el Banco Mundial, las mujeres somos el 40% de la fuerza de trabajo en el planeta. En la actualidad, en México el porcentaje es muy cercano, ya que somos el 38.04%. Sin embargo, en una visión más profunda, las condiciones y los salarios están muy lejos de esta proporción.
En nuestro país, hay prácticas muy arraigadas como la discriminación laboral, acoso y hostigamiento entre otras. Las “Encuestas Nacionales sobre las Dinámicas de las Relaciones en los Hogares” (ENDIREH) en sus ediciones 2006 y 2011, además del Banco de Indicadores 2017 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) así lo demuestran.
En México, 18 millones 388 mil 970 mujeres trabajan, de este total 9 millones 498 mil 137 están casadas. Este dato no parece ser relevante pero lo que hay detrás de las estadísticas es preocupante. Y es que es precisamente este sector de población, estas mujeres casadas y que trabajan son quienes contra todo pronóstico resultan las más discriminadas en el mercado laboral; es decir, quienes proporcionalmente más trabajan, son también las más violentadas.
Este año 3 millones 788 mil 386 mujeres declararon al INEGI haber sido discriminadas en sus centros de trabajo. Las casadas que también revelaron ese dato son un millón 837 mil 765; es decir, cerca de la mitad.
Vale la pena resaltar que el rango de edad en donde más se presenta esta segmentación es en aquellas trabajadoras que van de los 35 a los 44 años de edad con un millón 78 mil 896 incidentes; les sigue un sector más joven que abarca de los 25 a 34 años con un millón 15 mil 139 casos. Así pues, son 643 mil 420 mujeres las que concentran la mayor vulnerabilidad, tanto por el factor edad, como por estar unidas legalmente.
Haciendo un comparativo con los datos arrojados por la ENDIREH 2006, se observa que en ese momento se reportó un nivel de violencia laboral de 29.9%; 23.7% de mujeres denunciaron discriminación laboral y el acoso sexual se presentó en 12.4%.
Las entrevistadas señalaron que a 10.7% le pidieron prueba de embarazo al ingreso (práctica común para evitar permisos de maternidad); 11.5% percibe menos salario que un hombre en el mismo puesto, para el 2.7% la edad o estado civil se tradujo en despido.
En otras formas de violencia laboral, a 8.7% las humillaron al interior del lugar de trabajo, mientras que 1.3% fueron agredidas físicamente. A 6.5% las ignoraron o las hicieron sentir menos por su género, 2% fueron víctimas de insinuaciones o propuestas sexuales, al 1% las acariciaron o manosearon sin su consentimiento, el 0.1% fue obligada a tener relaciones sexuales y el 1.2% fueron víctimas de represalias por no acceder.
Cinco años más tarde, la ENDIREH 2011 retrata casi la misma situación. Se evidenció que 3 millones 788 mil 386 mujeres fueron discriminadas en sus trabajos (el 20.6% de las mujeres que laboraban en ese momento en todo el país).
Para un millón 975 mil 297 mujeres, un salario menor por el mismo trabajo fue la constante (10.74%), mientras que a un millón 56 mil 351 les exigieron prueba de embarazo; es decir, a un 5.74%; casi el 11% (hablamos de 2,022,526 trabajadoras) aseguraron que su género les quitó oportunidades de ascenso.
En 801 mil 708 casos, esto es el 4.35%, el estado civil o la edad significaron disminución de salario o el despido; 845 mil 308 embarazadas sufrieron la reducción de sueldo o la pérdida de su empleo por esta condición.
Este año, el Banco de Indicadores del INEGI refleja una realidad salarial perturbadora. Según los datos, el total de la población económicamente activa en el país es de 51 millones 859 mil 895 personas, de las cuales 19 millones 726 mil 958 son mujeres; 7 millones 442 mil 463 trabajadores perciben hasta un salario mínimo; de esta cifra 53.98% son mujeres mayores de 15 años (4,017,818) , pero lo alarmante llega al observar la proporción de aquellos que perciben más de 5 salarios mínimos, en este rubro en particular hay una distancia abismal entre hombres y mujeres. El total de asalariados es de 2 millones 704 mil 520, de los cuales un millón 959 mil 585 son hombres y sólo 744 mil 935 mujeres; es decir 72.45% de hombres por 27.54% de mujeres.
Sin duda, uno de los resultados más alarmantes que proporcionan estos estudios es el de las mujeres casadas, quienes por un lado ocupan el mayor espacio dentro del sector laboral, e igualmente preocupante es observar que son las más discriminadas tanto por sus jefes, como por sus pares al interior de sus centros de trabajo, a esto se suma el factor edad, esas mujeres que tienen entre 35 y 44 años, que constituyen un sector altamente vulnerable e invisibilizado dentro de la población económicamente activa.
Por otro lado, la distancia en sueldos y condiciones de trabajo entre hombres y mujeres no tiene explicación, sólo aparece reflejada como un indicador más de la inequidad, como una muestra obvia de que aunque exista “igualdad de trabajo” no hay igualdad de condiciones.
Georgina Juárez Lledias. Colaboró en el suplemento cultural “El Búho”, publicado en el diario Excélsior y dirigido por René Avilés Fabila. Además, habitual colaboradora de suplementos culturales en Milenio Diario. Autora del libro digital “Alerta Femenina”, encaminado a difundir los derechos de las mujeres ante las distintas formas de violencia.
