sábado 27 julio, 2024
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ARTE ABREVADERO DE LETRAS COLUMNA INVITADA

«ABREVADERO DE LETRAS»: Los negundos de Coyoacán

Hace algún tiempo, a Coyoacán se le conoció como la capital de la Nueva España y a pesar de la popularidad de sitios como la Condesa, Polanco y la Zona Rosa, desde principios del siglo pasado se le considera, también, como la patria chica de políticos, deportistas e intelectuales célebres; el lugar ideal para apreciar la Iglesia de San Juan Bautista, visitar la cantina La Guadalupana, la librería El Parnaso, la nevería La Siberia y otras maravillas, pero pocos saben –incluso los mismos coyoacanenses– que es de igual manera la tierra de los negundos.

Con una guía como María todo parece fascinante y se diría que muy ilustrativo; sin embargo, con o sin guía Coyoacán es casi imperial. Asegurarse de ello es suficiente con un breve recorrido. Lo primero es comer la carne asada de Los Coyotes, en el interior del mercado de Xicoténcatl y Allende; en este local, si se quiere arañar el cielo, hay que pedir cecina negra, con nopales, queso, tortillas de maíz o de harina con su guacamole picosito.

Luego, se camina hacia el sur sobre la calle de Allende hasta encontrar los helados Santa Clara, cuyos productos son una delicia. Pero lo mejor está más adelante, a unos cuantos pasos. Hasta encontrar el jardín Hidalgo, la segunda plaza más visitada de la CDMX, sólo después del Zócalo Capitalino.

Al jardín Hidalgo lo rodean la Casa Municipal –popularmente conocida como la Casa de Cortés–, la parroquia y ex convento de San Juan Bautista, el monumento a Don Miguel Hidalgo y Costilla, el asta bandera y el kiosco de Coyoacán. Cilindreros, globeros, danzantes y el famoso tranvía abonan a esta plaza un ambiente bohemio y romántico.

Y de pronto uno se olvida de que vive en medio de la contaminación ambiental, del estrépito, la tensión nerviosa y el universo del celular y su parentela cuando se está frente al recodo más sublime de Coyoacán: este espacio que rodean las calles de Centenario, Allende, Cuauhtémoc. El pasaje donde todavía las ventanas de las casas cercanas engendran yerbas trepadoras y las parejas lo escogen para verse, en complicidad con arrogantes palomas y añejos troncos convertidos en esculturas; en resumen, el mágico parque en el que viven campantes los negundos.

 

 

Según el diccionario, son árboles de América del Norte, de flores dioicas y sin pétalos; no obstante la definición de María, se me antoja más apropiada porque los mira con algo mejor que los ojos. Los negundos son los únicos árboles que en lugar de frutos tienen poemas. Y vaya que tiene razón. Rodeado de fresnos, palmeras, jacarandas, eucaliptos y truenos, cautivan a los paseantes con esa extraña apariencia de arbolito con aretes de pequeñas monedas verdes.

En fin, me compartieron a un espléndido recorrido por un vergel, orgullo de Coyoacán, gracias a que María conoce los negundos.

 

Cut Domínguez. Es periodista cultural. Ha dirigido espacios como la jefatura de Prensa de Difusión Cultural de la UNAM; coordinador de Prensa en la Ciudad de México del Festival Internacional Cervantino; Subdirector de Difusión del Polyforum Cultural Siqueiros; Jefe de Prensa de la Orquesta de Cámara de Bellas Artes. Asimismo, ha sido colaborador de diarios y revistas nacionales.

 

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