“Soy leal a mi partido, sea como sea y hasta el final seguiré siendo sangre amarilla, izquierda de nacimiento, Guerrero es perredista”.
Zulma Carvajal Salgado da el último trago a su café mientras me mira firme y decidida:
“Yo no soy política, soy una ciudadana”.
Es el momento de las mujeres –me dice seria y contundente–. No vamos a echarnos para atrás, es el momento histórico y hay que dar todo de nosotras mismas para que nos tomen en cuenta.
Justino –su hermano– fue asesinado durante la gestión de José Luis Abarca. No hay respuestas, hay impunidad, hay silencios. De ésos que duelen más que la verdad.
Zulma no cede. Por sus hijos, por su marido, por su lealtad a ser mujer y ser honrada.
Su familia siempre ha vivido bien. No son millonarios, pero viven cómodamente. No le hace falta la lucha ni la revolución, es una mujer íntegra de principios firmes. Sabe que la lucha no será fácil y que en el camino habrá muchas piedras, pero ya tiene listo el zapato para patearlas. No piensa rendirse.
La gente le pregunta que por qué siendo una mujer de familia acomodada, pelea por los pobres, por los desprotegidos, por los débiles. ¿Por qué?
Pues ella sabe que no es una lucha por el dinero, es una pelea por la igualdad, por los mismos derechos, por la justicia y por la sed de verdad.
En su partido ha encontrado las peores trabas para llegar lejos. Le han dicho que por ser mujer no será fácil, que “vamos a estudiar tu caso y te lo hacemos saber”. Los mismos hombres de su partido le han dado la espalda y sabe que el camino no pinta fácil pero tampoco imposible.
Hay gente que le dice que ya no, que le pare, que no es seguro para ella ni para su familia. Por sus hijos, por sus convicciones, sigue adelante y no teme, solo se cuida las espaldas. El trayecto no es tan cómodo como parecía al principio, pero mira a sus hijos por la noche, los adora y los bendice. Son su motivo para no cesar en la pelea.
Hay estatutos, formas, métodos, pero ella no ceja en su primera virtud: JUSTICIA.
Ojalá que México tuviera más mujeres como ella, que sin temer al destino salen a defender su causa.
El PRD es un partido fundado por mujeres, por luchadoras y por entusiastas. Ahí está Mojica, Barrales y Zulma Carvajal Salgado con todo el temple y el orgullo que le da ser mexicana y ser mujer.
Raúl Piña es egresado de Ciencias de la Comunicación (UNAM). Extrovertido, el mejor contador de chistes y amante de las conversaciones largas. Fiel a su familia, de la que adopta honor, valor y mucho corazón. Vive en Toronto, Canadá, desde hace 20 años, pero sus raíces sin duda son 100% mexicanas. Escribe como le nace y como dijo Ana Karenina: “Ha tratado de vivir su vida sin herir a nadie”.
