Hoy más que nunca debemos lamentarnos de que en México no haya debates entre los políticos que quieren gobernarnos.
Los monólogos del segundo encuentro entre los candidatos que quieren gobernar el estado de México demuestran que los políticos y sus partidos desprecian la inteligencia de sus electores.
Ningunos de los aspirantes a sustituir a Eruviel Ávila debatió con sus contrincantes.
Sí, lanzaron dardos pero no hubo réplicas ni contrarréplicas de los aludidos.
Igual que el anterior, no ganó ninguno pues debate no hubo. Sin embargo, sí se clarificaron algunas cosas para los electores:
Primero es que la elección es de dos y no de cuatro. La encabezan Alfredo de Mazo Maza y Delfina Gómez Álvarez. El PRI y MORENA tienen 20 días para convencer a militantes de otros partidos y a los que aún no deciden por quién votar.
Sin duda se intensificarán los ataques en contra de la candidata de MORENA y habrá más apoyo de los gobiernos federal, estatal y municipales priístas al candidato oficial.
Segundo. La pelea por el tercer lugar está entre Juan Zepeda y Josefina Vázquez Mota. La candidata del PAN es la más conocida por haber aspirado a la presidencia de México pero su lejanía con los mexiquenses es tácita. No conecta.
Todo lo contrario sucede con Zepeda, pues el exalcalde de Neza encontró buen discurso, se vendió bien y sorprendió desde que “barrió” a del Mazo en el programa matutino de Carlos Loret.
20 días son poco para alcanzar a los punteros. Los militantes de esos partidos podrán hacer la diferencia el 4 de junio. Si salen a votar no lo harán por el PRI. Si se abstienen, gana el PRI.
Hay otros dos candidatos, pero son testigos de una contienda a la que se metieron a fuerza. Uno, al romper su pacto con el PRD. La otra, con la intención de jalar votos para que no llegaran a MORENA.
Del Mazo tiene a su favor la maquinaria y la estructura gubernamental. Esa es, paradójicamente, su principal adversidad en esta contienda. Muchos mandos medios del gobierno estatal han dejado de percibir su salario completo desde diciembre y han visto como se incrustan “operadores” en las secretarías del gobierno estatal y en muchos municipios con salarios superiores a los que ellos tienen con una misión: hacer que gane el candidato del PRI.
Delfina Gómez tiene a su favor el apoyo de su dirigente nacional Andrés Manuel López Obrador y su personalidad, que conecta con la gente. La estructura de MORENA es muy nueva y se estrena en esta elección y los quieren novatear.
Para que Delfina o Del Mazo caigan, debe ocurrir algo extraordinario. Lo que ya se vislumbra en los cuartos de guerra de los partidos es la preparación de un conflicto postelectoral. Lo que arde no es Troya, es el estado de México.
