¿Por qué hay tantos mexicanos que no respetan a los agentes de la policía?
Muchos, en la respuesta más básica, dirán que es porque son altamente incapaces para preservar las condiciones mínimas de seguridad pública, y esto a su vez se explicará por la alta corrupción; falta de formación académica; ausencia de voluntad para la capacitación que les permita atender a su función constitucional; pobreza, etc., y así hasta que la búsqueda de la respuesta se diluye en adjetivos peyorativos.
Hay estudios de diversas ONG y académicos (cercanos a la bondad de quien ve que alguien está siendo golpeado e intercede para frenar el acto de agresión) que apuntan a la debilidad de la Policía y a factores como la corrupción generalizada, bajos salarios y otros que coinciden con los atribuidos a los agentes, pero adecuados a la institución de forma abstracta.
No argumentaré si pienso que una u otra, o las dos, pueden tener razón o no.
Lo que quiero es agregar otro elemento para la reflexión y es con la siguiente pregunta: ¿Qué tipo de Policía y qué tipo de agentes quieren los mexicanos para poder respetarlos en sus tareas para garantizar la seguridad pública?
Recordaba que en los años 60 del siglo pasado, había una ideología diferente sobre los policías y sobre las Policías. Me respondo que tal vez se debía a la cercanía a un Estado autoritario con menores condiciones para la protección de derechos, además de lo joven de la Institución como cuerpo organizado; es decir, había una idea más básica sobre la función de la Policía y se respetaba sólo porque ahí estaba. Tampoco desarrollaré un ensayo sobre la degeneración de la figura policial.
Empecé con la pregunta sobre los agentes, porque parece que en México lo único que ha cambiado es la falta de respeto hacia los uniformados, no hacia la institución. Esto es importante porque las quejas son contra los personajes que no cumplen con el paradigma del perseguidor del lombrosiano con antifaz; esto implica que hay que bajar un poco el volumen a la preocupación sobre la existencia de Policía en México; es decir, los mexicanos están claros en la necesidad de la institución.
La pregunta es importante de cara a la posible aprobación en el Congreso de la Unión de la Ley de Seguridad Interior, que normalizaría las actividades de los militares en tareas de seguridad pública entre otras funciones, que constitucionalmente se han atribuido a las Policías.
Ojalá que pronto algún funcionario concientice de verdad a los egresados de las academias o colegios donde son preparados los agentes aspirantes a combatir delincuentes y a servir a la sociedad, para que lo hagan con honestidad.
Mario López cuenta con 42 años en el ejercicio periodístico en Televisa y el periódico Ovaciones. Realizó las principales coberturas de los procesos judiciales: caso Colosio, caso Ruiz Massieu, caso Paco Stanley y diversos juicios instruidos en contra de capos vinculados con delincuencia organizada y narcotráfico.