Todo parece indicar que le viene ganando la partida por cielo, mar y tierra el crimen organizado a las autoridades federales, estatales y municipales del país. Presuntos criminales muestran su poderío y los demás sólo se quedan observando cómo se burlan de cualquier gobierno.
Esta semana debe ser para preocuparse, pues no es cosa menor que, como ocurrió el martes pasado, un helicóptero sobrevolando deje caer miles de volantes con amenazas durante la Feria Internacional del Caballo, en Texcoco, Estado de México. Aquí, el secretario general de Gobierno, José Manzur, no quiere profundizar más y prefiere decir que ya se abrió una carpeta de investigación, “aunque no se ha presentado ninguna denuncia formal por los hechos”, señaló. “Es un tema que al parecer es entre dos bandas distintas de delincuentes y de las que no tenemos registro de ninguna”, señaló Manzur.
Por otro lado, el secretario del Ayuntamiento de Texcoco, Jesús Gordo Ramírez, tampoco quiere mirar mucho y justificó los hechos, al señalar que supuestamente tienen tintes políticos ante la próxima elección en el Estado de México, puesto que Delfina Gómez Álvarez, quien fue alcaldesa del municipio, es ahora candidata de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), para gobernadora.
Algo más siniestro sucedió antier miércoles: tres cuerpos fueron lanzados desde una avioneta que sobrevolaba a baja altura en Culiacán, Sinaloa. Una de las personas cayó sobre el techo de una clínica del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de la sindicatura de Eldorado.
Se dice que Eldorado es la zona de control del grupo delincuencial de Los Dámaso, cuyo líder, Dámaso López Núñez, enfrenta a la célula de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, Iván Archivaldo y Alfredo Guzmán Salazar.
Digo que es preocupante porque el crimen organizado se está diversificando, se le adelanta a las fuerzas de seguridad, ya sea haciendo volar papelitos con claros mensajes de intimidación para quien sea (el destinatario ya se vuelve secundario), o despeñar cuerpos humanos para asesinarlos por la caída o que ya los precipitaron en el aire sin vida.
Lo más alarmante es que los políticos siempre se quieren escabullir con la exculpación de que es una guerra entre bandas de narcotraficantes o la guerra sucia de campañas políticas.
Los grupos criminales comenzaron a sonar más fuerte ejecutando el 12 de septiembre de 2008 a 24 hombres entre 20 y 35 años de edad, con signos de tortura, en el municipio de Ocoyoacac, muy cerca de La Marquesa, en el Estado de México. Y la historia se ha repetido a lo largo de los años, también con el hallazgo de 72 presuntos migrantes sepultados sin vida en San Fernando, Tamaulipas, en el 2010.
Apenas en febrero de 2017, fueron arrojados los cuerpos descuartizados de tres personas sobre la Autopista del Sol, cerca de la caseta de Palo Blanco, en Guerrero. ¿Quiere más ejemplos y desagradables recuerdos?, no es necesario.
Entonces hay que esperar a que los gobiernos continúen dando argumentos increíbles, quizá algunos ciertos, pero que justifiquen su inacción ante lo evidente. Lo que se ve a leguas, a kilómetros, e incluso de un planeta a otro, es que les están ganado la partida a las autoridades, a los gobernantes. Esto ya es una película de terror con sangre surcando los cielos y una guerra aérea o terrestre que se aprecia incontenible.
Atalo Mata Othón. Egresado de la escuela de periodismo Carlos Septién García. Tiene 19 años en el ejercicio del periodismo. Conduce noticiarios en Excélsior TV y es profesor universitario.
