DKT México, una organización especializada en la planificación familiar y en la prevención de enfermedades como el VIH/SIDA, lanzó una campaña en redes y anuncios panorámicos utilizando la frase #PonteUnDiu, con la participación de hombres famosos que exhortan a la mujer a utilizar el dispositivo intrauterino.
En las redes brotaron de inmediato los comentarios de rechazo hacia esta decisión de mercadotecnia, más cuando entre los embajadores figura el comediante Facundo, muy identificado por su humor misógino y por sketches como “Que lo hagan ellas”.
En el país tenemos un serio problema de desinformación entre los jóvenes que inician su vida sexual. Según datos de la Encuesta Nacional de la Juventud 2015, publicados en Excélsior, el 49% de los jóvenes en el país no utiliza anticonceptivos en su primera relación sexual, ya que no es “esperada”. México ocupa el primer lugar de embarazos adolescentes en toda América Latina.
Además, el estudio señala que otro 9.3% de la población no utilizó algún método anticonceptivo porque simplemente decidió no hacerlo; un 9.3% arguyó que desconocía los métodos existentes; el 7% dijo que deseaba embarazarse, y el 5.9% confesó tener vergüenza de conseguirlos.
En este contexto, otro 3.7% de los jóvenes mexicanos que iniciaron su vida sexual no hicieron uso de alguna alternativa anticonceptiva. Asimismo, el 11.2% no utilizó preservativo, método que además los protegería de enfermedades de transmisión sexual (ETS), porque su pareja no quiso, al considerar que la sensación en el coito sería distinta.
Bajo estas condiciones, la campaña en apariencia no tendría ningún enfoque negativo si no reforzara la desinformación y patrones culturales que han tenido fatídicas consecuencias en adolescentes y jóvenes en el país.
El embarazo no deseado es una problemática que se debe atender, pero existen otras. En primer lugar, los promotores de la campaña no consideran que el índice de mujeres infectadas por VIH va en aumento. De acuerdo con Nicole Finkelstein, coordinadora de AHF México (organización dedicada a combatir la transmisión de este virus), el año pasado se registró un incremento en el contagio de mujeres entre los 16 y 29 años de edad.
En segundo lugar, el uso de un método anticonceptivo debe de ser un medio que nos empodere como mujeres. Que nos dé la facultad de ser libres de ejercer nuestra sexualidad, sin temor y con independencia. No se trata de una coerción o imposición hacia la pareja.
A pesar de que los promotores de la campaña trataron de matizar esta connotación, sus representantes masculinos en redes expusieron otro discurso. Por ejemplo, en un tuit enviado por el músico Ismael Salcedo (@IsmaDaniels) se podía leer: “Y si no se ponen el #diu las seguiré por todos lados hasta convencerlas“ (habría que aclararle al cantante que el chantaje emocional es una forma de abuso también).
Al parecer, no ha quedado claro en esta época –ni para hombres ni para mujeres– que somos seres libres en cada ámbito de la vida. Como mujeres, es preciso entender que en el juego sexual la responsabilidad por el otro y por nuestro propio cuerpo nos empodera.
Es hora de entender que el placer y la responsabilidad de cuidarnos no depende exclusivamente del hombre o la mujer, sino que es una tarea conjunta y recíproca. En lugar de seguir reproduciendo estereotipos, hace falta concientizar a los hombres para que comprendan que promover la verdadera independencia sexual va de la mano de una responsabilidad de su propio deseo y placer. Y, sobre todo, de la búsqueda de equidad con la pareja. Antes de pedirnos colocarnos un DIU, entiendan que en la arena sexual somos aliadas, no subordinadas.
Saraí Aguilar | @saraiarriozola Es coordinadora del Departamento de Artes y Humanidades del Centro de Investigación y Desarrollo de Educación Bilingüe en Monterrey, Nuevo León. Maestra en Artes con especialidad en Difusión Cultural y doctora en Educación.