Tres mujeres son las cartas principales para competir en la elección mexiquense.
Nunca había sucedido algo similar en una disputa electoral tan relevante para el futuro del país.
Se trata de una escena inédita: en la definición de las candidaturas al gobierno del Estado de México, los principales prospectos son mujeres.
El hecho demuestra que aún en medio de las resistencias a la equidad de género, en la sociedad mexicana avanza el ejercicio del poder femenino.
Efectivamente, por ahora sólo son prospectos, nombres que se presentan como altamente competitivos en una elección que marcará la suerte del 2018.
Pero por lo pronto, la incertidumbre que ronda al estado de México coloca en la primera línea de fuego a tres políticas con perfiles diferentes, pero todas construidas en la difícil tarea del empoderamiento femenino.
Sí, tres mujeres son las cartas principales de los tres partidos que hoy tienen las mismas posibilidades de hacerse de la gubernatura en la entidad del presidente Enrique Peña.
En el caso del PRI, entre este jueves y mañana viernes se conocerá el nombre de la persona que, a contracorriente, buscará la permanencia tricolor en un estado que nunca ha tenido alternancia.
Ana Lilia Herrera, secretaria local de Educación, es considerada como una de las mejores opciones tricolores. La senadora con licencia compite internamente con Carlos Iriarte, líder del PRI local; el diputado federal Alfredo del Mazo Maza, y el secretario federal del trabajo, Alfonso Navarrete.
Mientras tanto en el PAN, Ricardo Anaya, dirigente partidista, despliega sus dotes políticas para postular a Josefina Vázquez Mota como candidata de unidad.
La ex abanderada presidencial blanquiazul podría volver al ruedo, si y solo si el panismo mexiquense cierra filas a su favor.
Puede ser que Anaya se quede en el intento. Lo cierto e incontrovertible ahora es que el argumento del líder panista resulta difícil de rebatir: las encuestas de todas las firmas muestran que Josefina es la única con posibilidades de darle la pelea al PRI y a Morena.
Y es que lo único garantizado en el futuro tablero electoral mexiquense es que la candidata del partido de Andrés Manuel López Obrador es ya la profesora Delfina Gómez.
Diputada federal con licencia, la ex alcaldesa de Texcoco, tiene el camino despejado y esta semana hizo campaña con el aspirante presidencial de Morena.
Sondeos de medios de comunicación y de partidos dan cuenta de las altas calificaciones que ya tiene la abanderada de AMLO.
Y esa tendencia favorable de Morena en tierras mexiquenses hace que tanto en el PRI como en el PAN la balanza se incline a favor de sus prospectos mujeres.
Al margen de lo que pase en las próximas semanas, lo sucedido ahora en la cuna del emblemático grupo Atlacomulco –un auténtico Club de Toby con varios años de historia—constituye un punto de quiebre.
Las mujeres tocan a la puerta de la pelea electoral. Porque la escena mexiquense no es una casualidad ni un hecho aislado.