Comienza la edición 2016 de la Quincena del comensal, más de 300 restaurantes tendrán un menú especial a precios preferentes.
Nada me entusiasma más que comprar o comer algo con las tres “B”, de bueno, bonito y barato. Soy la más feliz cuando encuentro un restaurante o fonda en la que sirven buena comida y platos abundantes.
Por eso espero con emoción la Quincena del Comensal 2016, en la que del 1 al 16 de octubre próximos más de 300 restaurantes de la CDMX ofrecerán un menú especial a precios preferentes.
La iniciativa tiene el objeto de incentivar la industria restaurantera y enaltecer la oferta gastronómica de la “Capital Cultural de América Latina”, de acuerdo con Miguel Torruco, Secretario de Turismo local, que presentó en El Bajío de Polanco la edición 2016 de ese evento anual –impulsado por la Asociación Mexicana de Restaurantes, que cuenta con el apoyo del Fondo Mixto de Promoción Turística del gobierno local y de grandes empresas del ramo–, en compañía del embajador Guy Santoro (Chef Coorporativo del Grupo Las Brisas).
A partir del primer sábado de octubre, los capitalinos podremos elegir de entre una gran variedad de opciones, sean restaurantes de cocina mexicana o especializados en gastronomía española, francesa, italiana, japonesa, americana y hasta hindú.
Parte de la oferta se encuentra especificada en el portal www.quincenadelcomensal.com. El rango de precios oscila entre 125 y 800 pesos, de acuerdo con el nivel y tipo de restaurante. Los menús diseñados por estos restaurantes y sus chefs ofrecen por lo menos tres tiempos, y en algunos casos hasta cinco o seis. Las bebidas NO están incluidas, salvo en algunos casos en que el plato fuerte se ofrece con maridaje de vino. En varios establecimientos el servicio se cobrará aparte y es recomendable hacer reservación.
Yo no podría estar más de acuerdo con Francisco Mijares, presidente de la Asociación Mexicana de Restaurantes, quien al hablar en la presentación de la Quincena dijo que se trata de “una oportunidad única para explorar la diversidad gastronómica de la CDMX, descubriendo cómo a través de la comida se puede entender también la historia de los que habitamos esta urbe”.
El carácter cosmopolita de nuestra ciudad también se mide por la riqueza de su oferta gastronómica, con su comida de todo el mundo. Sin embargo, aunque según Torruco contamos con más de 2 mil restaurantes de “calidad turística”, como los que aparecen en las listas mundiales de “los mejores”, los tres restaurantes citadinos en la lista de los 50 Best (Pujol, Biko y Quintonil) no participarán en esta promoción, lo cual es lógico si pensamos en la particularidad de su oferta de “cocina de autor”, cuyos menús de degustación alcanza un precio cercano a los 2 mil pesos.
Y si participaran, seguro tendríamos que conformarnos con algo así como una “Espuma de vegetales y galleta de maíz”.
Pero no se desanimen, porque si bien los “meros-meros” no participan, algunos restaurantes emblemáticos y clásicos que han hecho historia en esta capital, sí diseñaron un menú especial, como el francés Les Moustaches (donde en otra época se daba cita la “crema y nata” de la política y el periodismo, más tarde desplazado por el Au Pied de Cochon) y el español Tezca de Juan Mari Arzac (chef pionero en traer restaurantes de “marca” a nuestra ciudad).
Menú Les Moustaches (Para probar algo clásico y atemporal)
1er. Tiempo: Rollos de pato salteado con echalote; 2do. Tiempo: Filete a la pimienta negra con salsa bearnesa; 3er. Tiempo: Mousse de chocolate y Petit fours. (595 pesos).
También sitios de súpermoda como el Rustic Kitchen (de cocina americana), la Fonda Mayora (cocina mexicana) o el Gloutonnerie (cocina francesa chic y retro) y restaurantes de tendencia como el Kaye (cocina sin reglas) o el Guzina Oaxaca (mole y mezcal, tradición y sofisticación), ofrecerán sus sabores y técnicas a precios especiales.
Lugares sencillos con onda como La fonda de Frida en la Condesa (que tiene el precio más bajo con tres tiempos) ofrecerá entre sus opciones un “Adobo de boda” y un frijol güero con chorizo. De sólo pensar en un mole de boda y unos frijolitos bien grasosos se me hace agua la boca, y luego tan accesible, pues más. Es el sitio ideal para ir solo, disfrutar cada bocado y chuparse los dedos sin que nadie nos moleste.
Otros restaurantes bien posicionados entre los que amamos comer bien, sin tener “un gran nombre”, pero que se distinguen por su relación precio-calidad y buen servicio, como el Dulcinea (cocina urbana en Polanco) y La Marseillaise (bistro adorable en la Roma, de donde añoro la Pizza Diabolo y el Atún rostizado con ajonjolí), han diseñado para mi gusto dos de los mejores menús.
Menú Dulcinea (para llevar a mamá y papá, o a los suegros)
1er. Tiempo: Espárragos al grill sobre salsa holandesa de aguacate; 2do. Tiempo: Taco de camarón con costra de amaranto; 3er. Tiempo: un plato fuerte de la carta (les recomiendo pedir algo del mar) y una copa de vino tinto. (530 pesos)
Menú La Marseillaise (Sensual, para ligar y quedar muy bien)
1er. Tiempo: Veloutré de pescados y mariscos; 2do. Tiempo: Bacalao desmenuzado con papas y aceite de trufas negras; 3er. Tiempo: Mousse de chocolate oscuro con mascarpone de pistache. (395 pesos).
Suena espectacular y con el ambiente a media luz del lugar, ya me imagino las pasiones desatadas.
Pero también el chef Guy Santoro, embajador de la Quincena del Comensal y propietario de Almara, ha hecho lo propio, con la siguiente propuesta:
Menú Almara (Para conocer lo de hoy, de la mano de una leyenda)
1er. Tiempo: Coctel de bienvenida, Crema de Cuitlacoche y Pan de Maíz; 2do. Tiempo: Huachinango a la Parrilla sobre Caponata de Legumbres, acompañado de copa de vino blanco, y 3er. Tiempo: Tablilla de Chocolate dulce y amargo sobre una base de cacahuate, Petits fours y café. (400 pesos).
Se me ocurre que en estos 15 días bien podríamos celebrar la amistad viendo amigos que hace rato no vemos en persona (sólo en redes), disfrutar del amor con una cena romántica o sensual, y hasta festejar cumpleaños atrasados de la familia y, por qué no, adelantar otros.
Por mi parte, ya tracé un plan familiar y amoroso, a modo. Iré a dos sitios a los que nunca he ido porque me parecen algo “demodé”, pero no voy a dejar pasar esta oportunidad. Ustedes tampoco se la pierdan.