Hace dos meses exactamente, en esta columna, publicamos el texto titulado “Alejandra al frente en el Frente”.
Dijimos entonces -era 16 de noviembre del 2017- que la aún presidenta del PRD despuntaba y se apuntaba como el prospecto con mayores posibilidades para lograr la candidatura del bloque PAN-PRD-Movimiento Ciudadano al gobierno de la CDMX.
Transcribo a continuación algunos de los señalamientos que aquí compartimos:
“Y es que la construcción de esa plataforma opositora le está permitiendo a la presidenta nacional del PRD contar con una exposición mediática cotidiana, gracias al activismo político que comparte con los dirigentes del PAN, Ricardo Anaya, y de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado”.
“Si bien se trata de una mujer acostumbrada al contacto con la gente y de larga trayectoria partidista, es evidente que la Alejandra Barrales de este noviembre despliega un empoderamiento que no se le veía en junio pasado”.
“Porque a diferencia de entonces, cuando muchos perredistas se le fueron encima por sugerir un frente amplio con el PAN, hoy Alejandra es arropada por sus correligionarios como la presidenta del partido que logró lo que parecía imposible”.
“Apenas ayer en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, la ex lideresa del sindicato de sobrecargos recibió diversas manifestaciones de apoyo y entusiasmo de sus compañeras del PRD, pero también de panistas y militantes de MC”.
“Así es el fenómeno del poder y de las campañas electorales. De pronto, alguien en torno a quien no había expectativas, las desata y las multiplica gracias a una demostración de fuerza”.
“Y es que más allá de las opiniones que el personaje genere, lo contundente es que Alejandra Barrales logró una odisea: que los grupos perredistas se pusieran de acuerdo para avalar el Frente con el PAN y MC y asumir el costo consecuente del éxodo de varios cuadros importantes”.
“Barrales está consiguiendo día con día ser vista como la candidata natural del Frente a la jefatura de la CDMX. Y no tengo la menor duda de que esa percepción irá creciendo en el mes que le resta como presidenta del PRD, ciclo que habrá de cerrar con la firma ante el INE del convenio de coalición electoral nacional frentista, acto previsto para este mes”.
“Y si bien antes del sismo del 19 de septiembre se creía que Morena era invencible en la capital del país, las encuestas recientes demuestran que su virtual candidata a la jefatura de la CDMX, Claudia Sheinbaum, ya no tiene la ventaja que la hacía inalcanzable”.
“Por el contrario, la intención de voto a favor de Alejandra aumenta en los sondeos de opinión, cuyos números a favor auguran una competencia electoral inédita para los capitalinos”.
“De entrada, en el foro de este miércoles con activistas de la sociedad civil organizada, la Barrales asumió un discurso a favor de la equidad de género”.
“Y, en clara referencia al conservadurismo que en este tema tiene Andrés Manuel López Obrador, la perredista afirmó que hay proyectos de supuesto cambio que significarían un retroceso para las libertades y los derechos de las mujeres”.
“Así que se va poner bueno. Porque Alejandra va al frente en el Frente y desde ya podemos prever que, en la boleta capitalina, habrá dos mujeres”.
Pero no la tiene fácil
Hasta aquí lo que expusimos en nuestra columna de hace dos meses.
Una vez que se cumplió nuestro pronóstico, debemos agregar dos reflexiones que retratan los obstáculos que Alejandra Barrales deberá sortear como la candidata de la coalición Por México al Frente al gobierno de la capital del país.
Desde que la ex dirigente del PRD concluyó ese encargo, escaló en los medios de comunicación la idea de que Miguel Mancera “la castigaría”, negándole la candidatura.
Según esa narrativa, el jefe de gobierno estaba muy molesto con la senadora Barrales porque “lo traicionó al pactar con Ricardo Anaya” y favorecerlo con la candidatura presidencial del Frente.
Sinceramente, a la luz de los hechos, se trató de una historia enredada y telenovelera que le regateaba a la perredista los méritos acumulados como presidenta del partido y eficaz cabildera de una coalición electoral inédita.
Si analizamos con profundidad lo sucedido, dicha versión pretendía negar las realidades políticas que dieron paso a las negociaciones frentistas: desde un principio los dirigentes de los tres partidos se sentaron a la mesa a sabiendas que la candidatura presidencial correspondía al PAN.
Pero a esa primera idea de la bruja mala que engañó al varón bueno se sumó una segunda idea: ella merecía un castigo.
Y qué mejor manera de hacerlo que dándole la candidatura a un hombre mejor preparado.
Al final se impuso la realidad, de la cual está hecha la política.
Pero no duden ustedes que en los tiempos por venir seguirán surgiendo este tipo de cuentos que muestran la misoginia que caracteriza a nuestra vida política.
Porque aquello que en los hombres es sagacidad, talento, operación política, olfato, manejo excepcional de los tiempos… En las mujeres es ambición, maldad, traición…
Por lo pronto, Alejandra va. Y va dar mucho de qué hablar.