Editor / En Michoacán hay más de 30 mil personas sordas y sólo el 10 por ciento tiene acceso a la educación, ante esto, la asociación “Union Hearing Aid Centre”, de Toronto, Canadá, en coordinación con la asociación michoacana “Realizarte Educando Arte Formación” para la Discapacidad A.C., entregó a cinco niñas con esta discapacidad aparatos auditivos.
Aunque la cantidad donada pareciera pequeña, un aparato auxiliar para las personas sordas o con problemas auditivos tiene un costo aproximado de entre 10 y 30 mil pesos, cantidad que no pueden solventar la mayoría de las personas, ya que son de bajos recursos.
Union Hearing Aid Centre señaló que aunque los aparatos donados no son nuevos, están en buenas condiciones, ya que los canadienses suelen cambiar de auxiliares auditivos cada tres años y las familias que lo necesitan cuentan con el subsidio del gobierno, por lo que los aparatos que dejan están en buen estado y pueden ser donados y enviados a comunidades en el extranjero. “Otros son auxiliares que sólo se usaron de muestra, es decir, que nunca fueron usados por alguna persona”, agregó.
Los aparatos fueron ajustados digitalmente por Union Hearing Aid Centre de acuerdo con las audiometrías que envió la asociación Realizarte, por lo que al recibir los auxiliares las beneficiadas los conectaron a sus moldes y pudieron escuchar en el momento de la entrega.
Las niñas y jóvenes beneficiadas con este donativo fueron Ana Cecilia Amado Gómez; Xiomara Azaneth Martínez Fernández; María Guadalupe Román Velázquez; Karla Mireya del Toro; y Maribel Quiroz Equihua. Asimismo, el centro de audición canadiense entregó auxiliares auditivos a los adultos Gerardo López y Rosa Erika Bravo Enríquez, residentes en la Ciudad de México.
La niña Ana Cecilia dijo que muchas veces le preguntó a sus papás por qué no le podían comprar aparatos y que ahora se siente feliz por poder escuchar.
Por su parte, María Guadalupe comentó que el ser sorda y no tener aparatos hacía que se asustara de las motocicletas y que incluso una vez la iban a atropellar.
“Es muy difícil ser sorda, uno tiene problemas en el trabajo, me gritan, me roban, ahora espero que los aparatos cambien mi vida”, agregó en su carta de agradecimiento a Chris Kyroglou, de Union Hearing Aid Centre.