En diciembre de 2013, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó el 5 de diciembre como el Día Mundial del Suelo, con el objetivo de prestar mayor atención a las cuestiones urgentes que lo afectan, como el cambio climático, la resistencia a los antimicrobianos, las enfermedades transmitidas por el suelo, la contaminación, la nutrición y la salud humana.
De acuerdo a la SAGARPA, en el suelo viven miles de plantas y numerosas especies animales, tantos que en una pequeña porción hay más gente que en el mundo entero, por lo que el suelo es esencial para el mantenimiento de la Tierra.
También es un recurso esencial y elemento clave del entorno natural en el que vivimos, en el suelo se produce la mayor parte de los alimentos mundiales y proporciona el espacio habitable para todos los seres humanos y animales. Asimismo, contribuye a la regulación del flujo del agua y el clima, la biodiversidad, la captación de carbono y la preservación de tradiciones culturales.