- Como escritora, su mayor reto fue que la tomaran en cuenta
Por: Cut Domínguez
X: @cut_dominguez
De manera que, enfatiza la igualmente directora de la Revista Hispanoamericana de Literatura, Castellanos no solo es pionera intelectual del feminismo de su época, sino que su mirada es profunda, filosófica y brillante; fueron precisamente estos rasgos que le dieron una amplitud a su obra como ninguna escritora lo realizó hasta ese momento. “Posiblemente como nadie lo ha hecho hasta ahora en México”, agrega Asmara Gay.
Al cumplirse los cien años del natalicio de la autora de Ciudad Real (1959), luce con un valor poco común en el quehacer literario mexicano. Su legado se reinventa y cobra nueva vida mediante una amplia serie de eventos que dialogan con sus ideas para enfrentar los retos actuales, cuyo período está marcado por el reconocimiento oficial del Congreso del Estado de Chiapas, que declaró 2025 como el año de la escritora chiapaneca.
La Dra. Gay, candidata a Investigadora en el Sistema Nacional de Investigadoras e Investigadores (SNII) de la Secretaría de Ciencias, Humanidades, Tecnología e Innovación (SECIHTI), abunda: “El feminismo en nuestro país se va a desarrollar después de las reflexiones de Sor Juana Inés de la Cruz-, en el siglo XIX, y desde el marco de la ley y de las instituciones donde se permitió que la mujer estudiara; de igual modo, hombres y mujeres abrieron espacios para que éstas escribieran y expresaran su lucha por la igualdad de derechos y su idea de lo que es ser mujer”.
Quien esto escribe no puede evitar ser persuadido por el ánimo y la emoción, de Asmara -que transmite de manera cabal- al relatar sucesos diversos de Rosario Castellanos, como es el caso de los retos que vivió en su época. Dice que fueron un sinnúmero de ellos. Explica, por ejemplo, que ser mujer, inteligente y valiente eran inadecuadas en su tiempo y, a pesar de ello, se abrió camino. “Como escritora, su mayor reto fue que la tomaran en cuenta. Las mujeres no eran leídas. Tuvo que realizar una obra impecable en el sentido estético, crítico y autocrítico, con rigor en cada género. Y la leyeron hombres y mujeres”, precisa.
¿Tiene el quehacer de Rosario Castellanos un propósito más allá de lo estrictamente literario? Asmara Gay asegura contundente: “Por supuesto, retrata y critica el pensamiento de su tiempo, que normalizaba la violencia y el trato discriminatorio e indigno hacia otros seres humanos”. Señala que en Sobre cultura femenina (1950) se nota esta crítica cuyos fines uno reflexiona sobre los filósofos -estos amantes de la sabiduría- elaboraban ideas erróneas y falaces sobre la mujer.
Continúa y destaca que con Mujer que sabe latín…(1973), esta crítica es exponencial, ya que no solo muestra estas ideas erróneas, sino que medita, por un lado, el papel de la mujer impuesto por la sociedad a lo largo de la historia y la necesidad de su educación para romper con este estado; y por el otro, hace lo que nadie hacía: crítica literaria sobre la literatura de escritoras con el fin de representar la capacidad intelectual de la mujer y equiparla con la capacidad intelectual del hombre.
En cuanto a la manera de reflejar la vida personal de la escritora y periodista en sus obras agrega que lo hace de manera entrañable, íntima; a la par de inteligente, empática, reflexiva, incluso irónica y con búsqueda de la vida.
Enseguida cita un fragmento de su poema Autorretrato:
En general, rehúyo los espejos.
Me dirían lo de siempre: que visto muy mal
y que hago el ridículo
cuando pretendo coquetear con alguien.
“Al mostrarse franca, los lectores sentimos que, de algún modo, también estamos representados”, señala.
De el texto o los textos más representativos de su obra anota que hay varios pues toca muchos temas que a ella le interesaba modificar. Explica que la obra, de la también diplomática y ganadora del Premio Xavier Villaurrutia, evoluciona. “Así que en cada publicación exponía su pensamiento de ese momento. Pero, si tengo que dar nombres, mencionaría las últimas obras, donde ya no duda, sino que manifiesta claramente lo que cree: Poesía no eres tú (1972), Mujer que sabe latín… (1973) y las póstumas: El mar y sus pescaditos (1975) y El eterno femenino (1976)”, precisa.
Comenta, de igual manera, la apertura de la nueva Universidad Nacional Rosario Castellanos. “Se planea que en cada estado del país esté presente la institución para que cualquier persona, sobre todo los jóvenes, puedan estudiar. Esta iniciativa de la presidenta Claudia Sheinbaum solo es comparable con la de José Vasconcelos, quien trató de fomentar la educación en todos los rincones de la república”. No obstante, destaca que el proyecto de Sheinbaum Pardo supera la del exsecretario de Educación Pública (1921-1924), tanto en recursos como en visión del país. Con tono afable y gozosa, Asmara Gay señala su colaboración en dicha institución como docente de tiempo completo en la Licenciatura en Humanidades y Narrativas Multimedias.
Al final de la charla, tal es el contento de Asmara Gay que, sonriente, anuncia la aparición de Negro, antología de cuentos negros, editado por Textofilia. “Gracias a Ricardo Sánchez Riancho y a Jaqueline Santos por creer en el libro para formar parte de su colección editorial. Agradezco, también, a Rodrigo H Sandoval y al Mtro. Diego Mejía, quienes dedicaron unas bellas palabras que acompañan los cuentos en la cuarta de forros y al final del libro, respectivamente”, cuenta y revela que Negro ya se encuentra en algunas librerías de México y de España; y que pronto se hará la primera presentación.
