Por. Adriana Luna
X: @adrianalunacruz
Para la familia Flores y Sitatyr.
Patricio Flores Sandoval como maestro tenía muy claro que en la vida, el aprendizaje nunca cesa. Que la profesionalización significa esfuerzo, capacitación y el perfeccionamiento de las destrezas. La pasión por el trabajo debe ir acompañada por la superación no solo personal, también familiar y social. La honestidad y el buen nombre están por encima de todo.
‘El profesor’, así lo conocían muchos, inició su carrera en los medios de comunicación como operador radiofónico. Muchos lo tacharon de loco, cuando en su mente tuvo la idea clara de que sería líder sindicalista para luchar por los derechos laborales. Patricio no sólo llegó a ser el secretario general de la sección 2 de Guadalajara, en el año 2000 se convirtió en el líder nacional del Sindicato Industrial de Trabajadores y Artistas de Televisión y Radio, Similares y Conexos de la República Mexicana (SITATYR), cargo que desempeñó hasta su último día de vida (18 de junio 2025).
Su liderazgo, indiscutible. Su inteligencia, nata. Laboriosidad, imparable. Su habilidad de negociación, impecable. Aún en momentos de crisis, permanecía con cabeza fría. En infinidad de ocasiones, diversos personajes le hacían saber el peso del poder y del dinero, pero se mantenía tranquilo porque él sabía que la fuerza sindicalista es potentísima.
Patricio Flores Sandoval llegó a la Cámara de Diputados, como representante del pueblo. Su lealtad por el partido tricolor y por la CTM permeaba en cada una de sus células, y así se mantuvo incluso en los momentos más difíciles de la historia política del país que le tocó vivir. Su visión le permitió liderar negociaciones en la Reforma a la Ley Federal del Trabajo, como de las Telecomunicaciones.
Como líder sindicalista, Patricio, sabía los nombres de cada uno de los compañeros, conocía sus circunstancias laborales y personales. Siempre tendía una mano a quien lo necesitara. Era de esos personajes, que con su liderazgo podía sentarse en una mesa VIP con gobernantes, dirigentes políticos y empresariales, pero también con trabajadores sencillos que desempeñan humildes tareas.
Como amigo, Pato (Patt), inigualable. Lo conocí en 1993, cuando ingresé a las filas de SITATYR, sin desearlo y sin esperarlo siquiera. Entonces, como suele suceder, no tenía buena imagen de los sindicatos. Sin embargo, al conocer a Patricio Flores y a su equipo, comprendí que había otra forma de hacer sindicalismo. Trabajar para realmente ayudar a los compañeros de la radio y la televisión. Además, era innegable su compromiso y amor por México.
Hace tres décadas, cuando pocos hablaban de feminismo, él comenzó a transformar el sindicalismo integrando a mujeres en los comités seccionales y en el nacional. Estaba convencido de que la opinión y laboriosidad de la mujer era importante para comprender la realidad social. Ese valor que le daba a la mujer, no sólo era una bandera enarbolada por moda política, se vivía lealmente en su hogar.
Un día le pregunté: ¿cómo eliges a los miembros de tu equipo? Como respuesta recibí: “Es sencillo: que no robe. A las personas puedes enseñarles la técnica, el proceso, pero los valores, los principios, esos ya los trae dentro”. Otra de sus grandes lecciones fue cuando le cuestioné por qué defender a todos los trabajadores, incluso a quienes desprecian al sindicato, me dijo: “porque a un buen trabajador, siempre lo defenderá su trabajo. Pero eso sí, aquí no se defiende a los rateros, ni a los mentirosos”.
Cada uno de los cargos que ocupó tanto en el sindicato, como en la Confederación de Trabajadores y en el Poder Legislativo tenían como propósito hacer un mejor país. Jamás buscó enriquecer sus bolsillos, siempre vio por los demás. Cuando se le preguntaba, por qué no se retiraba y disfrutaba de su vida y de sus nietos, su respuesta era: “¡porque me muero!”. Siempre tenía proyectos por realizar, sólo que ni el tiempo, ni las fuerzas alcanzaban.
La última vez que lo vi – sabía que así sería -, fue en la Asamblea Nacional de SITATYR que se llevó a cabo en Guadalajara en marzo pasado, aunque su cuerpo mermado por una implacable enfermedad, como siempre su mente brillante y su liderazgo indiscutible. Lo acompañaron los líderes nacionales de la industria de las telecomunicaciones y también sus compañeros sindicalistas. “Estoy orgulloso de ustedes… les encargo al Sindicato”, me dijo.
Patricio Flores Sandoval, el profesor, el líder sindicalista, terminó su vida terrenal. Es un sentimiento incomprendido aún, se siente un vacío, un frío como orfandad, pero al mismo tiempo una gratitud enorme por su legado y por su confianza. Gracias por enseñarnos que el trabajo siempre trae recompensa, que la unión es fortaleza. Hoy, extiendo un abrazo a su esposa, a sus hijos, a sus nietos y a la familia SITATYR, especialmente a todos los compañeros de la Sección 2 Guadalajara, a Ernesto Arellano.
Mientras algunos recordarán a Patricio como un hombre visionario, adelantado a su tiempo, en SITATYR lo recordaremos como un líder incansable que trabajaba 26 horas al día, soñando con un gremio fuerte, unido y profesional, un hombre que se nutrió del amor de los compañeros, un sindicalista honesto e incorruptible que siempre vivió y trabajó por una ‘Superación Social’. Uno de esos liderazgos únicos, que tanta falta le hacen a este país.
