miércoles 18 junio, 2025
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COLUMNAS ABREVADERO DE LETRAS

ABREVADERO DE LETRAS: Rosario Castellanos, multifacética y eterna (I)

  • Además de heredar una extensa y variada obra, destaca su lucha por los pueblos indígenas

Por: Cut Domínguez

X: @cut_dominguez

 

A cien años de su nacimiento (1925-19749), Rosario Castellanos fue objeto hace días de una serie de actividades para reflexionar sobre el impacto aportado y la presencia de una de las voces más entrañables y lúcidas de la literatura mexicana del siglo XX. “Su obra extensa y variada, además feminista, dramaturga, poeta, docente y defensora de los derechos humanos hizo un legado”, señala Asmara Gay, crítica literaria, poeta, narradora, ensayista, ávida lectora y especialista en la vida y quehacer de la autora de Balún Canán (1957). Agrega que como poeta caminó desde la poesía mística hasta la poesía de la vida enlazándola con otros géneros, como la narrativa, la entrevista, el ensayo y el reportaje. 

Efusiva, Asmara Gay añade que esta breve descripción de la estética de Rosario Castellanos es parte de la herencia en una transformación de la manera de concebir y percibir a la mujer escritora y en la forma en que ésta se piensa como creadora. “Es por ello que Carlos Monsiváis, en Diorama, luego de fallecer la autora de Oficio de Tinieblas (1962), afirmó que con ella empezaba realmente la escritura de la mujer mexicana y se dejaba a un lado la literatura femenina, pues mostró y demostró que la mujer no era ese mito imaginado por la sociedad”. 

Enseguida la también autora de El Ensayo/Fundamentos y Ejercicios (Funda,2018), bosqueja la leyenda: “Abnegada, pura, tonta, resistente, incondicional. Con la tarea exclusiva de criar a los hijos y de velar por el marido, los padres y la familia; sino, también, un ser pensante, creador y digno con la misma capacidad intelectual que el hombre”, dice.

Señala, de igual modo, al cuento, la novela, las obras de teatro, las traducciones y las cartas (básicamente a su compañero de vida, Ricardo Guerra, su viaje a España, la experiencia como funcionaria de la UNAM; de los autores latinoamericanos que leía, como: Lezama Lima, Asturias, Cortázar. De la cultura mexicana de los sesenta, y de su batalla por dominar el temperamento depresivo y los ataques de ansiedad), como creaciones lúcidas para manifestarle al mundo que la mujer conseguía desarrollarse en la escritura igual como lo hacía su contraparte masculina. Algo no aceptado en su época, porque la cultura estaba en manos de los hombres. 

El nombre de la escritora chiapaneca sobresale, hoy en día, de singular manera qué duda cabe. En la amplia serie de homenajes, exposiciones, lecturas, proyectos editoriales y conferencias. Entre otros reconocimientos, está la charla que ofreció Elena Poniatowska, en el Anfiteatro Simón Bolívar del Antiguo Colegio de San Ildefonso. En Rosario en la memoria, destacó el perfil humano de Castellanos. “Tenía un gran sentido del humor, fue esencial en la vida de muchas mujeres y las acercó entre sí. Le indignaba que, por ejemplo, a los indígenas no los dejaran caminar en la banqueta, los maltrataran”, dijo.

Relató que la autora de Poesía no eres tú (1948-1971) en realidad se burlaba siempre de sí misma. “Se reía de sus peinados, de sus vestidos, de lo que le decían. Se reía muchísimo con sus alumnos. Era una mujer totalmente accesible”. Contó que hablaba mucho más de todos los errores que cometía en lugar de sus triunfos. Agregó que cuando se enteraban que la escritora asistiría a una fiesta, todos iban, porque querían ir a divertirse. 

“Aunque fue una intelectual, escritora y gran poeta, sufrió mucho por un hombre. Les digo a todas ustedes: no sufran nunca por un hombre. No cometan ese error”, advirtió Elenita, como todas y todos la conocemos.

La lucha por los derechos de los pueblos originarios, continúa Asmara Gay, es una herencia fundamental de Rosario de la que se puede hablar muchísimo. “Sin embargo, destaco un punto que lo dice todo: ella no abordó ni en su obra ni en su vida al indígena como tal (lo que esto signifique en la perspectiva occidental), sino que lo trató y se expresó del ser humano proveniente de estos pueblos, de sus pueblos de Chiapas en particular, como un ser humano más, como cualquiera de nosotros que debía ser tratado con respeto y dignidad”, subraya.

Luego sigue y revela que la precursora intelectual del feminismo en nuestro país está expresado en discursos (como el que le dio a Luis Echeverría, en 1971), en su narrativa en los artículos periodísticos, en la poesía y de manera particular en los ensayos Mujer que sabe latín… (2003), donde expone crítica y rechaza el rol que la sociedad le ha conferido a la mujer y la manera en que diversas escritoras han desafiado ese papel social. “Pese a que vemos la contienda de Rosario Castellanos desde 1950 como feminista, será hasta principios de 1970 cuando se sienta con la confianza y seguridad para manifestar, en una entrevista, que sí, es feminista”, precisa. 

Continuará…

 

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