Por. Bárbara Lejtik
X: @barlejtik
(No es personal mi amor, te amo).
No considero de ninguna forma que haber ido a ver Gladiador ll haya sido un error, por el contrario, es algo que recomendaría a todas mis compañeras de género, pocas oportunidades tendremos de entender la psique masculina como ésta, se lo quise decir a las demás mujeres que estaban en la sala de cine a quienes les vi la misma cara de no entender nada o a mi hija Ale que acompañó a su novio por sentirse comprometida después de que él la acompañó a ver Wicked.
310 millones de dólares costó la secuela que tardó 24 años en llegar, no sé si alguien la pidió pero a Ridley Scott, el director, lo mismo le dio.
Plagada de impresiones históricas y mitológicas, ya costumbre del director que abusa de su venia para transformar historias con el pretexto de acomodar a sus personajes, usa la ficción cinematográfica de forma irresponsable.
Unos efectos especiales que me hicieron sentir en Avatar con todo y monstruos cómicos y raros, unas caracterizaciones que harían enrojecer de envidia a la puesta en escena El Cristo de Iztapalapa en cuestión de vestuario y maquillaje.
Lleno de extras multirraciales sobre maquetas multimedia terroríficas.
Denzel Washington actuando de Denzel Washington; lo demás son espadazos y más espadazos, que es lo que no solo me quitó el sueño y me dio pesadillas. A mí me gusta el cine crudo, soy fan de Tarantino, de verdad no me asusto con la sangre pero esto fue una justa representación de la época.
Una novia feliz de acompañar a su amado al cine era yo con las uñas enterradas en el asiento agradeciendo dos cosas con toda el alma, bueno tres: No estar viéndola en 4D, no haber vivido en esa época salvaje y carente de conciencia social y estar comiendo nada en esos momentos.
Lo que es de llamar la atención, es el fuerte impacto que tienen las luchas cuerpo a cuerpo con espadas en los hombres, invadidos de testosterona los caballeros en el cine emitían sonidos por la emoción y dejaban fluir su natural adrenalina de la forma más sana posible creo yo, no hizo falta el nunca faltante atractivo visual, todo se centra en trancados y espadas.
Roma, una de las ciudades no sólo más importante de la historia, sino también de las más bellas sobrevivió después de siglos afortunadamente a esta sociedad salvaje e inconsciente que la hizo tan temible.
En resumen, nada que ver con la mítica película de finales de los noventas que sí es una verdadera obra de arte y una producción apoteótica que cuesta trabajo haya sido dirigida por la misma persona.
Amigas, vayan al cine a ver Gladiador ll con sus hombres, es además de un ejercicio en pareja y un acto de amor; el atractivo visual a cargo de los protagonistas Pedro Pascal y Paul Mescal compensarán con creces el esfuerzo.