jueves 03 octubre, 2024
Mujer es Más –
CULTURA COLUMNA INVITADA

“¡Hay justicia!”

Por. Alicia Reyes Amador

¡Hay justicia! de Ernesto Canales Santos, puede resumirse en una exposición descriptiva y detallada, de una serie de situaciones que el autor denomina: juicios y casos.

A partir de esta exposición aparece un segundo nivel, pletórico de aspectos del devenir de la historia del México que ocurre desde antes de la infancia del autor (siglo XIX), hasta nuestros días.

Aparecen en este trayecto, personajes de la vida política, artística, cultural, eclesiástica, de la farándula y hasta delictiva, todos ellos bien ubicados, contextualizados y valorados de manera, me parece, objetiva.

Hay, un tercer nivel de exposición, más profundo, el de una crítica sostenida y constante a un sistema de gobierno alejado del servicio social que debiera atender los requerimientos de los ciudadanos y que, en lugar de ello, pulula entre la omisión, la inconsciencia, la supervivencia y el abierto descaro.

Recorre la forma en que se han conducido los distintos partidos políticos, tanto en el poder, como en la oposición y demuestra que, no hay entre ellos, muchas diferencias en su desempeño, aún, cuando éstas son perceptibles, tienen que ver más, con los valores y la concepción del papel en el servicio público de los actores, que con la estructura del grupo al que pertenecen, así afirma contundente y de manera certera Canales: “por sus votos los conoceréis”.

Muestra con claridad el motivo por el que todos desean detentar el gobierno del país, y que los unifica sin fisuras: el poder. Así mismo, es para ellos imprescindible obtener éste para alcanzar o mantener privilegios de grupo e individuales, ejerciendo el abuso, la traición y el engaño en contra de sus gobernados. La manipulación es, para cada partido, el arma más útil después de la corrupción y el envilecimiento de los ciudadanos, ejercida para mantener el status de intocables.

La corrupción se ejerce y se extiende entre pares: ”la moral es un árbol que da moras”, hacia los subordinados, a quienes se enseña a ser parte y a justificar la corrupción: “… me lo ordenó mi jefe”. Se permea en cada acción a la que se somete al pueblo y se le educa a sentirse, ideológicamente parte de un gobierno poderoso: ”la corrupción somo todos”, pero en el ámbito del ejercicio de la ley y la aplicación de la justicia, se le desprecia, se le conduce al desorden y a la confusión y se le hace vivir en un contexto de indefensión.

La impunidad permea e impera en todos los ámbitos.

El personaje principal de esta historia, es el propio Ernesto Canales. Él se mueve en un entorno que le permite desarrollarse como abogado exitoso. Su mundo infantil se gesta entre un padre inflexible, en lo que toca a su moral, pero que termina vencido, en la aplicación de su código ético, por debilidades propias de su individualidad y de su entorno familiar. Este hombre es para Ernesto, una fuerte figura paterna que en medio de sus contradicciones decide rechazar las elecciones de vida de su hijo menor.

Por otro lado, está la presencia de una madre de carácter recio, con una visión práctica de la vida. Las figuras paternas, con sus peculiaridades, impulsan a su hijo más pequeño a construir una personalidad robusta y combativa, resiliente y hasta empecinada, pero aprende, también a conocer sus límites y a no acepar culpas ajenas.

Elige participar en casos y contextos más que difíciles y hasta peligrosos, enfrenta al poder y a los poderosos, se mide con personajes y empresas a quienes otros no se atreverían a enfrentar, participa en la creación y la aplicación de reglamentos y modificaciones a la ley, positivos y vigentes aún en el país. Es golpeado, perseguido, señalado y abandonado por enemigos y hasta por sus protegidos. Fue, como dice él, cazador y víctima.

Canales, en el transcurso de su relato, deja ver que su trayecto por la vida pública en el país, no fue fácil, ni ausente de retos, estuvo llena de dolor de momentos angustiosos y de lucha contra un sistema que muchas veces lo venció y que otras él logró vencer. Su experiencia le permite afirmar que en ese sistema aún con todo su poder y corrupción, da lugar, en ocasiones, a que exista la justicia.

Otro nivel de lectura que podemos encontrar en este texto y que se encuentra sutil, pero claramente expuesto, es el de una crítica objetiva, puntual y constante al actuar de un personaje que, desafortunadamente ha estado presente en la vida de nuestro país, por varios años, unos, como oposición, otros como gobernante ejecutivo. Desde el inicio del texto, Canales señala a López como una persona contradictoria, irresponsable generadora de conflictos y llena de desprecio hacia la legalidad, que sella a cada momento pactos de impunidad con la delincuencia, con lo que aleja, cada vez más al país del estado de Derecho. Los señalamientos hacia López Obrador, están expuestos con habilidad y pertinencia en el complicado contexto de un país tan complejo como el nuestro.

El texto muestra de manera evidente, que López se ha aprovechado de la ilegalidad que sembró el PRI, de la complicidad de los demás partidos con este estado de descontrol, sumado todo ello a la anuencia y admiración de los propios gobernados, a quienes utiliza burdamente, para corromperlos y envilecerlos más aún, utilizando el discurso de que es un pueblo al que respeta y protege.

Todos estos niveles de lectura están expuestos utilizando una estructura circular, que se inicia con un sonado caso; el de Paula Cusi y termina con una serie de conclusiones sobre el mismo. Aparecen, en cada capítulo otros juicios y casos todos ellos imbricados en una trenza bien apretada de la que no se escapa un solo filamento. Si observamos el orden y la vinculación de lo expuesto, vamos a percibir que el título del libro, en ocasiones rubrica al capítulo, en cambio, en otras, aparece de manera sarcástica, hay, en ellos, una crítica evidente.

Sugeriría este texto para estudiantes de la carrera de Derecho, sobre todo, ahora que se están violentando los límites y maltratando a nuestras instituciones; también para quienes deseen conocer una parte significativa de nuestra historia, en fin para todos aquellos que estén interesados en percatarse del grave y permanente daño producido por la falta de respeto, la violación sistemática y la corrupción de nuestras leyes.

Artículos Relacionados

COLUMNA INVITADA:  Claudia, debió ser más tu día

Editor Mujeres Mas

AHÍ ESTÁ EL DETALLE: La presidenta Claudia Sheibaum

Editor Mujeres Mas

RIZANDO EL RIZO Códigos de cambio: La ebullición cultural del 68

Editor Mujeres Mas

¡Paren el mundo, que Mafalda cumple 60 años!

Editor Mujeres Mas

Sheinbaum debe detener demonización contra medios de comunicación: Ivonne Melgar

Editor Mujeres Mas

RIZANDO EL RIZO: El inconsciente tiene permiso…

Editor Mujeres Mas
Cargando....
Mujer es Más es un medio en el que todas las voces tienen un espacio. Hecho por periodistas, feministas, analistas políticos y académicos que hacen de este sitio un canal de expresión para compartir historias, opiniones, victorias, denuncias y todo aquello que aporte en la vida de quien nos lee.