Por. Saraí Aguilar
A veces romper el techo de cristal implica limpiar el desastre. Esa parece ser la misión de la nueva titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Emilia Esther Calleja.
Por primera vez, esta paraestatal estará encabezada por una mujer. Pero el añadido es que, más allá de que se pudiera pensar que es una cuota partidista, Calleja cuenta con un perfil más técnico que político y no llega de una senaduría o de terminar una gubernatura buscando el hueso donde allá, sino que lleva casi 20 años laborando en la empresa.
En el perfil académico, la próxima titular de la paraestatal eléctrica es ingeniera electrónica por el Instituto Tecnológico de Celaya y maestra en Administración de Alta Dirección por la Universidad Autónoma de Coahuila.
De aprobarse la iniciativa de reforma en materia de empresas estatales presentada por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador el pasado mes de febrero, la CFE ejercerá un mayor control sobre el mercado eléctrico mexicano. Ello implicaría que dejará de ser una empresa productiva del Estado para convertirse en una empresa pública, además de que tendrá prevalencia sobre la inversión privada en un una proporción de 54 por ciento sobre un 46 por ciento.
Esto tal vez no se vería tan problemático si no fuese un desastre el que está heredando Calleja de parte de Manuel Bartlett.
En tan solo sus primeros tres años, las consecuencias de su gestión se vieron reflejados en sus finanzas. De acuerdo con información presentada por CFE, al cierre de 2018, las utilidades de la empresa eléctrica mexicana fueron de más de 97 mil 342 millones de pesos, pero debido a la gestión de Manuel Bartlett durante la administración de López Obrador, estas utilidades se convirtieron en 95 mil 371 millones de pesos en pérdidas al cierre de 2021, de acuerdo con información de los estados financieros consolidados de la CFE.
Por si eso fuese poco, Así las Cosas hizo una revisión de los saldos que la CFE tiene pendientes por aclarar a partir de las auditorías federales que se han practicado a dicho organismo en los últimos años.
Lo que los datos revelan es que en el periodo de 2020 a 2023 el análisis de las cuentas públicas arrojó 23 irregularidades graves en la CFE y sus subsidiarias, que dejaron un posible quebranto al erario de 4 mil 867 millones de pesos. Se trata de recursos que, hasta la fecha, no han sido repuestos.
Y qué decir de los apagones. En el pasado mes de mayo el aun titular de la CFE admitió en la conferencia matutina que los apagones que hicieron crisis en gran parte del país se debieron a un problema de incapacidad para atacar la alta demanda de electricidad. “Pero la CFE está más fuerte que nunca” señaló, amparado en el universo de los otros datos.
¿Entonces? La buena es que se va Bartlett, la mala que Calleja se empeñe en seguir los pasos de su predecesor. Toca esperar…. y ver. Ojalá que con luz.