Por. Berenice Sevilla
“Las mujeres podemos ser presidentas”, con “a”, porque “lo que se nombra existe y lo que no se nombra no existe”, sentenció Claudia Sheinbaum Pardo, luego de recibir su constancia como presidenta electa del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Ante un auditorio abarrotado de simpatizantes y personajes de la clase política, la primera mujer en llegar a la Presidencia de México, expuso el eje de lo que será su gobierno de continuidad, con programas sociales en beneficio de los menos tienen para alcanzar la justicia social.
Y entre ellos, djo, se atenderá “la violencia contra las mujeres, desde sus causas y fortaleciendo la cero impunidad”.
Al dictar que “es tiempo de transformación y es tiempo de mujeres”, Claudia Sheinbaum dedicó casi la mitad del tiempo de discurso a destacar la importancia de la llegada de una mujer a la Presidencia.
“Tuvieron que pasar 200 años para que hoy podamos decir Presidenta, con ‘a’”, dijo ante las miradas y gestos de afirmación de las presentes.
Y siguió: “Durante mucho tiempo las mujeres fuimos anuladas, a muchas de nosotras nos contaron desde niñas una versión de la historia que nos quería hacer creer que el curso de la humanidad era protagonizado únicamente por hombres.
“Nuestra historia ha sido de grandes hombres, pero que también han contribuido grandes y enormes mujeres”.
Y aunque tuvimos que esperar 200 años, llegó el momento de ser las protagonistas de la historia, un momento histórico no solo para el país, sino para el propio gremio femenino, feminista, porque la lucha fue de todas, alzando la voz o en silencio. Hoy, dijo Sheinbaum “llegamos todas”.
“Hoy jueves 15 de agosto de 2024, con la designación como presidenta electa de los Estados Unidos Mexicanos que confirma nuestro triunfo tenemos la certeza de que aunque nos quisieron borrar no sabían que era cuestión de tiempo para que no solo se reconociera a las mujeres, también reconocer que somos protagonistas de las grandes transformaciones y que las mujeres podemos también tomar el rumbo de la nación en nuestras manos y en nuestra mente.
“Hoy con nosotras llega Leona Vicario, ideóloga, independentista, pionera del periodismo, mujer comprometida con la causa insurgente. Llega Josefa Ortiz, perdonen que no diga de Domínguez, quien orientó el rumbo de la lucha y definió los tiempos que marcaron la primera transformación. Y también llegan las chinacas, que defendieron a la Patria y jugaron un papel importantísimo en la defensa de nuestra soberanía y nuestra independencia. También llegan las obreras, pioneras de la exigencia de los derechos laborales frente a la dictadura de Porfirio Díaz. Llegan Dolores Jiménez y Juana Gutiérrez, precursoras intelectuales que empujaron junto con grandes hombres la Revolución, además de los ideales de justicia social, incorporaron demandas que tienen vigencia hasta nuestros días, como el cierre de la brecha salarial. Llega Elvia Carrillo Puerto, Ermila Galindo, Refugio García, Consuelo Uranga y Esther Chapa, que con la tercera transformación, la Revolución mexicana, conscientes de que es imposible hablar de justicia social excluyendo las demandas de las mujeres, lucharon por el reconocimiento del derecho a votar, el derecho a la educación, el derecho al divorcio, el derecho a la salud.
“A todas ellas les dijeron, nos dijeron, que éramos el sexo débil, pero demostraron no solo su indiscutible, sino su fuerza popular y revolucionaria. Llega Sor Juana Inés de la Cruz, llega Frida Kahlo, llega Rosario Castellanos”.
Pero no solo llegan las referentes históricas, acentuó la exjefa de Gobierno de la Ciudad de México, también llegan las de a pie, “las invisibles que con estas líneas hago visibles, hago aparecer a quienes quisieron desaparecer, las que lucharon por su sueño y lo lograron, las que lucharon y no lo lograron; llegan las que pudieron alzar la voz y las que no lo hicieron; llegan las que han tenido que callar y luego gritaron a solas; llegan las más marginadas; llegan las abuelas, las bisabuelas que no aprendieron a leer y a escribir porque la escuela no era para niñas; llegan nuestras tías que encontraron en su soledad la manera de ser fuertes; llegan nuestras madres que nos dieron la vida y después volvieron a dárnoslo todo.
“Llegan nuestras hermanas, llegan nuestras compañeras, llegan nuestras amigas, llegan las mujeres anónimas, las heroínas anónimas que desde su hogar, las calles o sus lugares de trabajo lucharon por ver este momento.
“Llegan ellas las que soñaron con la posibilidad de que algún día no importaría si nacíamos siendo mujeres o nacíamos siendo hombres, podemos realizar nuestros sueños y deseos sin que nuestro sexo determine nuestro destino, llegan ellas, todas ellas, que nos pensaron y nos piensan libres y felices”, remató.
Finalmente, Claudia Sheinbaum remató diciendo que la Cuarta Transformación abrió la puerta a todos los mexicanos, al tiempo de agradecer la lucha de las mujeres que abrieron brecha que dieron pie a este momento.