Por. Adriana Luna
¡Jalisco ya ganó!, aseveró Pablo Lemus Navarro tras conocer la resolución del Tribunal Electoral de Jalisco dándole la ratificación como gobernador electo, validando la elección y echando abajo las acusaciones de un presunto fraude gritado por los morenistas. Sin embargo, hay que recordar que en un triunfo no se gana todo, y quienes pierden no lo pierden todo.
¿A qué se enfrentará Pablo Lemus durante su mandato? De entrada, Pablo no la tendrá fácil, recibirá un Jalisco en llamas, en cuestión de Seguridad, eso amerita renglones aparte. Sus desafíos para concretar los planes de gobierno empiezan por el Congreso del Estado y por el gobierno federal, mostrará sus fortalezas sí, pero está obligado indiscutiblemente a mostrar sus artes de negociación, a ceder para ganar. ¡Él lo sabe perfectamente!
En materia de seguridad, Pablo se encontrará uno de sus principales desafíos. Para prueba un botón, desde este fin de semana se encuentran desaparecidos tres profesionistas wixárikas que son lideres en la comunidad indígena al norte de la entidad. Los tres fueron vistos por última vez en Colotlán, territorio que muestra claramente lo que está pasando en Jalisco, los grandes atractivos naturales y económicos atraen a grupos criminales, que imponen su ley, con sangre.
Jalisco es una de las entidades que mayor impacto tendrá en el reacomodo de cárteles criminales que se está dando en el país con todo lo que sucede recientemente en el seno sinaloense. Aquí quieren tener presencia todos los grupos habidos y por haber, desde siempre. Simplemente hay que recordar con el respaldo económico de quiénes crecieron Guadalajara, Zapopan y Tlajomulco de Zúñiga, no nos hagamos tontos, es parte de la historia, misma que puede encontrar en las series de Netflix o en la misma literatura.
Pablo conoce bien todos estos claro-oscuros, desde que era un joven empresario Coparmex, igual que Juan José Frangie, identificaron las manos que suelen mecer la cuna. Por cierto, desde joven Pablo siempre fue entrón, vivaracho, resuelve y a veces se enfrenta. Siempre traza rutas para llegar a un destino y trabaja en ellas sin perder su objetivo.
En las lides empresariales Pablo y Juan José han hecho mancuerna en proyectos, sumando talentos, acoplándose a fortalezas y debilidades. Lemus es el político con grandes habilidades de oratoria, bonachón, con un ánimo y pila impresionantes. Juan José es el que teje fino, el estratega, el operativo, el conciliador.
Pablo, desde niño fue privilegiado, pero siempre le enseñaron a trabajar, lo mismo que a Juan José. Ambos conocen perfectamente a Guadalajara y Zapopan. Pablo en su infancia y adolescencia recorría las calles de la ciudad para llegar a Musical Lemus, la tienda familiar que le enseñaron a atender. Juan José desde muy joven tenía un negocio de dulces en Plaza del Sol.
Una gran fortaleza de Pablo radica en Maye Villa, juntos han logrado consolidar una familia. Ella le brinda esa contención emocional, esa paz que necesita para tomar decisiones trascendentes. Ella es una mujer brillante que hace su labor feliz. Es natural en ella, tejer las relaciones que pueden ayudar a su esposo en sus proyectos. Y le encanta ayudar.
Para que se den una idea, ella es de las mujeres que entra a un salón repleto de reporteros y saluda de mano a cada uno, recordando los nombres y preguntando por el estado de salud de sus familiares. A ella no le importa romper protocolos. Suele ser la que se acerca a la mamá de un niñito en plena manifestación. Mientras hace todo eso, no pierde de vista a sus hijos adolescentes.
Chaparrito como lo ven, Pablo Lemus enfrentó varios combates como alcalde de Zapopan y Guadalajara. Ojo también dejó lesiones a su paso, que podrían pasarle factura. Le tocó hasta enfrentar una inesperada pandemia mundial. Siempre me he preguntado qué hubiera sido de Jalisco si en la pandemia los gobernantes de la capital tapatía y Zapopan no hubieran tenido esa visión empresarial nata. Esas estrategias de ‘negocio’ que tanto se les han cuestionado, por aplicarlas al gobierno, marcaron la diferencia para que la economía jalisciense no se haya frenado en seco con consecuencias catastróficas, que sí las hubo, claro, en el mundo entero.
Pablo se levanta muy temprano, se pone los tenis -que no son los fosfo-fosfo – y sale a correr. Oxigenando su mente y moviendo cada músculo ordena su día. Ese hábito no lo ha dejado, es parte fundamental de su agenda.
Así que Morena o al Gobierno Federal no es a lo único que se enfrenta Lemus. Él sabe perfectamente que tiene enfrente todo un universo de poder no solo visible, también el paralelo y el oscuro. Sí, ganó Pablo Lemus la gubernatura de Jalisco, pero definitivamente no ganó todo, y los que perdieron tampoco perdieron todo. Vamos a ver cómo le va al chaparrito en su combate contra Goliat.