Por. Fernando Coca
Genaro García Luna fue declarado culpable de ser parte del crimen organizado, de apoyar a uno de los cárteles de la droga.
Fue el súper policía de Vicente Fox y Felipe Calderón el que encabezó la sangrienta confrontación del Estado contra los enemigos de sus socios del crimen organizado.
Cientos de miles de muertos nos constaron los gobiernos del PAN. Cientos de miles de víctimas desde que Fox se negó a enfrentar a los delincuentes. Ahora sabemos por qué.
Calderón “sacó” a las Fuerzas Armadas tratando de legitimar su gobierno espurio ante la crisis de seguridad pública que se convirtió en una gravísima crisis de derechos humanos, que hasta hoy padecemos.
El juicio contra García Luna puso a esa banda de políticos empoderados a la mala, en la mira de todos. Fox y Calderón permitieron que los delincuentes tomaran el control del territorio. El michoacano, igual que el guanajuatense, sabían de las andadas de quien fue director de la AFI (nuestro FBI, decían) y luego secretario de (in)Seguridad.
Lo que sospechábamos, lo que se intuía se demostró. Fueron sus excompinches quienes lo enviaron a la mazmorra del imperio.
La guerra de Calderón contra el crimen organizado, la que después intentó matizar, no ha tenido fin. Vivimos sus estragos, su inmisericorde brutalidad. Desde lo más alto del poder nos dijeron que esa guerra erra para recuperar los espacios perdidos. Nada de eso pasó.
Cuando Javier Sicilia nos convocó a no cerrar los ojos, a escuchar a las víctimas y a marchar por la paz, no asumíamos aún la gravedad de lo que teníamos enfrente. Cientos de miles de muertes propiciadas con la intención de lavarse cara por el gran fraude electoral del 2006.
Calderón perdió su guerra. Nunca pudo legitimar su paso por la Presidencia. Soberbio, nunca reconoció haber “ganado” a la mala, de ahí el “haiga sido como haiga sido” que le declaró a Denise Maerker.
En El Mañanero con Brozo, el programa de Víctor Trujillo en el que yo era jefe de información, exhibimos a Calderón el mentiroso, el que aseguraba jamás haber declarado la guerra.
El antes y después de ese hombre encumbrado en el poder por un fraude operado por Fox está definido por lo que una corte de Nueva York una vez que su hombre fuerte ha sido declarado culpable de llevarnos a una masacre sin fin.
Pero no nos equivoquemos, si la suerte de Calderón y Fox está más clara luego de lo que sucedió en Brooklyn, ellos tendrían que enfrentar en México a la justicia. Las decisiones de los gobiernos del PAN, y la inacción del gobierno de Peña Nieto, deben ser castigadas.
Que no sea el juicio de la historia el que los juzgue. Que sea la ley la que los castigue.
La Letrina. Quienes festejan el resultado del juicio de García Luna se equivocan al echar campanas al vuelo. A México se le juzgó mientras que, como siempre, lo que sucede con la droga del otro lado del Bravo, sigue siendo una incógnita.