Como todos los días desde que asumió la presidencia del INE, Lorenzo Córdova, “el niño bien”, se acomodó al centro de la mesa de debates para soltar que la democracia mexicana requería de casi siete mil millones de pesos para repartirlos entre partidos políticos y candidatos independientes de cara a las elecciones federales del 2018. Con esta suma, estimó, el narco no tentaría a ningún político por más ambicioso que fuera.
Sin inmutarse ni sentir ningún remordimiento ante la estratosférica cantidad que salió de su boca, el funcionario de los trajes caros y bien planchados, justificó la aprobación del presupuesto más caro de la historia en campañas electorales como “vía para fortalecer la democracia y evitar la infiltración de recursos de dudosa procedencia en los procesos donde se elegirá al Presidente de México”.
Córdova vio satisfecho cómo los representantes de los partidos políticos esbozaron una sonrisa de satisfacción: la complicidad del INE les permitiría, una vez más, mantener sus jugosos negocios disfrazados de democracia.
Tan solo el PRI obtendría la miserable cantidad de 1 mil 689 millones 590 mil 077 pesos; el PAN 1 mil 281 millones 114 mil 450 pesos; el PRD 773 millones 583 mil 685 pesos y los demás negocios, perdón partidos, entre 300 y 500 millones de pesos.
Para disimular tal ofensa al pueblo mexicano que en su mayoría vive en la más terrible desigualdad, los representantes de los partidos que han saqueado al país se sumaron a la voz del consejero presidente sobre la necesidad de que el financiamiento que reciben sea utilizado transparentemente sin dejar de lado el malestar de la gente que pide un alto a tan descarado robo.
Fueron más allá: “mejor homologuemos los montos para que nuestros candidatos compitan en igualdad de condiciones”. Sobre advertencias no hay reclamos: los aspirantes a diputados, senadores, alcaldes, gobernadores y a presidente de la República que caigan en la tentación de aceptar dinero del crimen organizado, es porque el INE no aceptó que a todos se les diera la misma cantidad de dinero…¡pobres políticos!
Ya con los casi 7 mil millones de pesos en la bolsa, el funcionario Córdova, sus consejeros y los representantes de los partidos políticos se sumaron en una sola voz: “establezcamos reglas claras sobre la aplicación, comprobación y fiscalización de los recursos para brindar certeza jurídica a los aspirantes” que, no dudemos, luchan por la transformación del país y por transparentar en qué se gastan nuestros impuestos.
¿Transparencia? ¿Fiscalización? ¿Quién las conoce? Nadie. Durante la sesión del consejo general del INE, nadie recordó, mucho menos los panistas, que en la campaña presidencial de Vicente Fox en el 2000 su recaudador, hoy reconocido morenista, Lino Korrodi se encargó de conseguir millonarias sumas del extranjero para hacer ganar a lo que hoy llama “vergüenza nacional”, por no haberle cumplido la promesa de hacer negocios jugosos durante su mandato.
Diecisiete años después se mantiene la misma cantaleta de siempre para justificar las indecentes sumas millonarias que se entregarán a los partidos políticos para los comicios electorales del 2018. Basta recordar la campaña de Alfredo del Mazo por la gubernatura del Estado de México, donde gastó más de los 285 millones de pesos permitido por el Instituto Nacional Electoral, ¿y la fiscalización?
Luego del éxito obtenido, Lorenzo Córdova se reacomodó en su asiento de Presidente, aunque sea del INE, y sonrió satisfecho porque su nombre quedaría registrado en la historia de un democratizador que viste ropa de marca y gana un humilde sueldo de más de 230 mil pesos mensuales sin considerar sus bonos por su buen desempeño.
Columna de Elena Chávez. Estudió periodismo en la escuela “Carlos Septién García”. Ha escrito los libros “Ángeles Abandonados” y “Elisa, el diagnóstico final”. Reportera en diversos diarios como Excélsior, Ovaciones, UnomásUno; cubrió diferentes fuentes de información. Servidora Pública en el Gobierno del Distrito Federal y Diputada Constituyente externa por el PRD.