Por. Marissa Rivera
Entre berrinches, acusaciones, desaires e incertidumbre arrancó el proceso electoral en Coahuila y el Estado de México para renovar las gubernaturas.
Lo que está muy claro es que en Morena no saben perder.
Enojado y enfrentado incluso con el presidente, Ricardo Mejía decidió abandonar las huestes de Morena y se refugió en una de las rémoras de la llamada “cuatrote”, el Partido del Trabajo.
La ira de Mejía Berdeja demostró una vez más que las cuestionadísimas encuestas de Morena, son producto simple y sencillamente del dedo mágico de ya saben quien.
Bueno, al menos eso es lo que muchos pensábamos. Que las dichosas encuestas están “maiceadas” con la bendición presidencial para el ungido.
Pero no, el despechado exsubsecretario de Seguridad Pública, ha dicho que esas encuestas son un negocio de Mario Delgado a quien calificó como corrupto, cobarde y traidor, por decir lo menos.
Ricardo quien ha transitado en el PRI, PRD, Movimiento Ciudadano, hasta hace unos días en Morena y hoy en el PT, no es más que “un lamebotas de los Moreira”, reviró el presidente de Morena.
Frente a este tipo de acusaciones, está difícil pensar que Mejía Berdeja sea el “Plan B” de Morena para Coahuila.
Aunque en política todo es posible. La memoria es corta y los señalamientos se los lleva el viento. La ambición por el poder, puede hacer que los desagravios se olviden.
Por lo pronto en el PAN, PRD y principalmente en el PRI se están frotando las manos. Retener la entidad sería un respiro.
Un respiro para Alejandro Moreno Cárdenas, a quien aislaron en la decisión para elegir al candidato. Y un triunfo rotundo para el gobernador Miguel Riquelme.
En lo que respecta al Estado de México rápido se realizó la operación cicatriz con la diputada Ana Lilia Herrera, que no tuvo el apoyo del gobernador Alfredo del Mazo, pero se disciplinó y se sumó a la campaña de Alejandra del Moral.
Para muchos la diputada era la candidata ideal, pero el gobernador tenía otros datos.
Incluso, además de esa operación de cierre de filas, Nueva Alianza se sumó al PRI, PAN y PRD para apoyar a la candidata de Va por México.
La batalla apenas comienza.
No será un día de campo para nadie, mucho menos para el árbitro electoral que ya comenzó a retirar la publicidad de las dos candidatas que inundaron la entidad con promocionales de su imagen.
Y hablando del árbitro electoral, quien cada vez tiene mayor encono con el Tribunal Electoral es Morena.
Ante una queja del diputado Jorge Álvarez Maynez, de Movimiento Ciudadano, los magistrados resolvieron que durante el proceso electoral, usar la imagen del presidente de la República en fotos, dibujos, caricaturas o muñecos, es propaganda ilegal que afecta la equidad de la contienda.
En desacato, Mario Delgado hizo un llamado a los simpatizantes de Morena para compartir en las redes sociales una fotografía con la imagen conocida como “Amlito”, para protestar contra el fallo del tribunal.
Apenas comienza el proceso y los escándalos van creciendo.
Tanto el gobierno como la oposición saben que no habrá tregua y que este 2023 será un termómetro para la elección presidencial del 2024.
La guerra sucia será inevitable.
