Por. Adriana Luna
El encarcelamiento de tres jóvenes estudiantes de la Universidad de Guadalajara por sus sueños idealistas de defender a toda costa un parque que representa sus recuerdos de infancia y su espacio de recreación, es una historia digna de una serie de Netflix porque confluyen en el caso intereses multimillonarios de empresas inmobiliarias internacionales, corrupción y omisiones de gobernantes, pugnas políticas, intriga, ambición y poder, jóvenes activistas con ideales, además de una belleza natural de la región, crímenes y delincuencia, historia y otras pasiones que le dan tinte cultural y deportivo a la trama: música de salsa, baile y obviamente el fútbol.
El terreno en pugna es uno de los más valiosos de la región, no sólo por su biodiversidad, es un cañón natural, uno de los corredores de flora y fauna más importantes de la entidad, también tiene una de las más bellas cascadas, llamada Cola de Caballo. Se supone que es un área natural protegida, sin embargo, en los últimos años se ha dado un boom de desarrollo inmobiliario, atractivo por el mismo paisaje. Lo que ha desatado la ambición de empresarios -locales, nacionales y extranjeros-, políticos y gobernantes de distintas administraciones y diversas extracciones partidistas. Un hervidero de acuerdos incumplidos, ocultos, omisiones que rayan en corrupción, según denuncian activistas ambientales.
Es tanto el manoseadero del caso y la hediondez que emana, que hasta hoy se desconoce cómo el predio pudo llegar a manos de inversionistas como un predio privado sin haberse realizado ningún pago ni monetario, ni en obra pública.
Además diversas autoridades han permanecido sordas, ciegas y mudas a pesar de que existe un decreto emitido por el Congreso del Estado en el que la zona debería ser un área natural protegida y en beneficio de los tapatíos. Alcaldes y gobernadores en turno deberían haber sido los principales defensores del patrimonio tapatío, pero por poderosas razones no lo hacen.
La barranca de Huentitán fue uno de los primeros asentamientos de Guadalajara, en ese territorio también se dieron enfrentamientos entre los indígenas y los españoles.
En el lugar está el histórico Puente de Arcediano, construido en 1894 por el ingeniero Salvador Collado, fue el segundo puente colgante en México. Hoy es considerado patrimonio arquitectónico. En Huentitán han nacido personajes vinculados con Guadalajara y famosos en el mundo, como el cantante vernáculo Vicente Fernández.
Los intereses políticos hoy se exacerban, al coincidir tiempos pre electorales, con una pugna añeja entre el gobierno estatal encabezado por Enrique Alfaro Ramírez con la Universidad de Guadalajara, especialmente con el líder moral de la Casa de Estudios, Raúl Padilla. Polarizada efervescencia política que levanta ámpula en distintos sectores sociales. Una lucha que en su origen puede ser legítima en pro del medio ambiente, hoy se ha contaminado con politiquería y con corrupción.
El que tres estudiantes permanezcan encarcelados en el complejo penitenciario de Puente Grande, para unos, se trata de simples consecuencias a la invasión de un predio privado, para otros una clara muestra de autoritarismo gubernamental. Todo mezclado con sospechosas y poco claras actuaciones judiciales. Intereses egoístas afloran en medio de ideales ambientalistas. Todo un caldo de cultivo para intrigas, lucha de poder, poco interés por el medio ambiente y mucha ambición de riqueza que trae consigo la modernización citadina que implicaría un desarrollo inmobiliario de alto nivel con un paisaje que roba el aliento.
Todavía ni siquiera iríamos a la mitad de la primera temporada en esta serie de La hoguera de las ambiciones, pero sin spoilear el final de la trama, sólo puedo asegurarles que en esta barranca abundan las víctimas y los victimarios. Ahí quedarán quemados personajes de todo tipo, algunos hasta inmolados, todo por pasar por alto valores morales, éticos, de honradez y la lista es enorme.
En el camino se cometen crímenes ambientales y humanos. Se violan leyes, principios, mientras impera la corrupción y la insaciable ambición.