Por. Fernando Coca
Para muy pocos es creíble la súbita postura feminista de Claudia Sheinbaum. La trágica muerte de Ariadna Fernanda es una estratagema para evitar mayor conflicto con los grupos feministas del país.
Hace tres días, varios reporteros, entre ellos Antonio Nieto (@siete_letras) daban a conocer la identidad del presunto feminicida de la chica de 27 años, revictimizada por el fiscal de Morelos, Uriel Carmona. La detención de Vanessa, su novia, los ponía como los principales sospechosos de la muerte de Ariadna.
El feminicidio de Ariadna le dio a los asesores de Sheinbaum la idea de “reconciliarse” con los grupos feministas, a los que ha reprimido y atacado desde el inicio de su gobierno en la Ciudad de México.
Y fue Uriel Carmona quien le dio la pauta a seguir. Según el fiscal morelense, la muerte de Ariadna fue causada por broncoaspiración, provocada por el haber ingerido en exceso bebidas alcohólicas.
Sin embargo, el desaseo con el que trabajó la Fiscalía de Morelos permitió que la fiscal de la Ciudad de México realizara una nueva autopsia que arrojó que Ariadna había sido golpeada.
Fuentes en ambas fiscalías me dicen que la muerte de Ariadna se debió a los golpes que recibió -aunque no hay, visiblemente, un golpe contundente, me dicen mis informantes-, pero la broncoaspiración fue la causa última del fallecimiento. Un peritaje independiente tendrá mayor credibilidad para esclarecer qué fue lo que sucedió.
Sin medir las consecuencias, el fiscal Carmona decidió cerrar el caso revictimizando a Ariadna. Casi la acusó de haberse provocado la muerte.
No contaba con que Sheinbaum, bajo la dirección de sus asesores, busca con el feminicidio hacer una carambola de tres bandas: primero, mostrar a la jefa de Gobierno indignada por el feminicidio (ocurrido en la CDMX) y por la actuación del fiscal de Morelos al que acusó de manipular el caso. Luego venía la intención de crear un vínculo con los grupos feministas al “demostrar” que ella sí actúa en contra de la violencia hacia las mujeres.
La tercera vía, el que más les importa a los asesores de Sheinbaum, es el tema político. Atacar al fiscal Carmona, famoso por haber sido herencia de Graco Ramírez a Cuauhtémoc Blanco, tiene varias aristas.
Desde el inicio del gobierno, Carmona ha acusado de delincuencia organizada, uso de documentos falsos y mil delitos más al exgoleador del América.
Sheinbaum necesita de Blanco hoy. No solo para sumarlo a su causa sino para que le deje ser ella la verduga de Carmona. Y es que, si quisiera, Cuauhtémoc Blanco acabaría en un tris con su fiscal, pues tiene en sus manos las pruebas de que Uriel Carmona le fabricó muchos de los delitos de los que lo acusa.
Parece que el gobernador Blanco ha cedido a los planes de Claudia Sheinbaum. No hará nada para limpiar su nombre y le dejará a la jefa de Gobierno la medalla de hacer renunciar a un fiscal que encubrió un feminicidio y que estaba al servicio de intereses políticos.
Sheinbaum no es aliada de las mujeres, lo ha demostrado. Hoy cree que “resolver” el feminicidio de Ariadna Fernanda le dará puntos en las encuestas, porque a pesar de tener todo el presupuesto de la Ciudad de México y el de otros estados y municipios del país, no levanta en los sondeos.
El uso político del feminicidio de Ariadna solo pretende cubrir la impostura feminista pues sabemos que, #EsClaudia, la que desprecia a las feministas.
La Letrina. Ricardo Monreal quiere el desafuero de Layda Sansores. La gobernadora de Campeche llamó traidor al zacatecano. El coordinador de la bancada morenista en el Senado ya clamó y reclamó “Claudia, detén a tu jauría”. Ella respondió que los enemigos son otros, a pesar de que todo mundo sabe que, #EsClaudia la que dinamita la unidad en MORENA.
