Por. Saraí Aguilar
Sería interesante preguntar para qué ha servido la paridad en lo legislativo en el país.
Con seguridad a quienes más ha beneficiado es a los hombres fuertes de los partidos políticos. O al menos en Morena y el PRI así lo demostraron la semana pasada.
Mientras los medios seguían con atención las posiciones legislativas y sus consecuencias electorales, específicamente en los partidos de oposición que encabezan la alianza “Va por México”, resulta imposible no destacar la posición de cuatro legisladoras que representan claramente cómo las posiciones políticas dependen del hombre fuerte, sin importar sus convicciones personales o las banderas que han alzado durante su carrera política. Dos de ellas, del Partido Revolucionario Institucional, Yolanda de la Torre y Cristina Ruiz, y otras dos de Morena, Andrea Chávez y Nestora Salgado.
En el caso de las priistas, De la Torre fue la encargada de romper con la moratoria constitucional, y Ruiz de presentar una reserva para extender más allá de 2028 al Ejército en las calles. En ambos casos, si bien podrían alegar que lo hicieron a conciencia, no hay nada más alejado de la realidad, pues sus iniciativas propiciaban un acercamiento de su dirigente Alejandro Moreno con el gobierno federal, el cual dio frutos más rápido de lo esperado, pues la misma gobernadora Layda Sansores detuvo la difusión de los audios comprometedores que lo mantuvieron en jaque los últimos meses.
Así De la Torre, quien se autodenomina en los perfiles de redes sociales como “Duranguense comprometida con los derechos humanos y la niñez,” pasó ahora a promotora de la militarización de la seguridad pública en el país.
En el caso de Cristina no dejan de asombrar las coincidencias. Pues fue precisamente ella quien en febrero del presente año “destapó” a Moreno como candidato presidencial en 2024, antes de que fuese “destapado” por los audios filtrados por la gobernadora de Campeche.
En Morena, el panorama no cambia mucho. La diputada Andrea Chávez se ha distinguido en su trayectoria por tener un discurso anticalderonista y antimilitar, y ha tomado ventaja de ser de Ciudad Juárez para convertir el discurso en experiencia de vida. Sin embargo, hoy el militarismo de López Obrador parece no incomodarle. Pasó de una toma de protesta en la que dedicaba su curul “a las víctimas de la violencia generada por la absurda guerra y por Ciudad Juárez” a aplaudir, defender y votar por la presencia militar en las calles hasta 2028.
Y si bien este debate llega esta semana a la Cámara de Senadores, el cambio de opinión de la morenista Nestora Salgado es de resaltarse. Aun cuando ha reconocido que ella misma ha sido “víctima del abuso de militares y marinos”, la también activista social en Guerrero prefirió allanarse a la encomienda presidencial de que la Guardia Nacional pase a formar parte de la Secretaría de la Defensa Nacional, sin más argumento de que cree en la estrategia de seguridad de López Obrador (El Sur, 13 de septiembre).
La duda pasa a ser certeza. La labor de estas cuatro mujeres ha sido más benéfica para los hombres de sus partidos que para las mujeres que representan. ¿De verdad la paridad legislativa está efectuando el cambio? Para Alejandro Moreno y López Obrador sí.. para nosotras, no.
