Por. Saraí Aguilar
Los videos de doña Angela Gardias desde su canal “De mi rancho a tu cocina” han superado al chef británico Gordon Ramsay y a la presentadora de televisión estadunidense Martha Stewart en la visualización de videos en YouTube.
La “mexican abuelita” desde su casa, “tiene más vistas en YouTube que el chef británico ganador de 17 estrellas Michelin y la especialista estadunidense en estilo y cocina, asegura Latinometrics”. (Proceso 2021)
El canal está enfocado a la comida tradicional mexicana. Pero la que se ha popularizado a últimas fechas no es la de autor, sino la popular, aquella que se come en la mesa de la mayoría de los mexicanos: “Una abuela cariñosa, que combina a la perfección la idea que se tiene de una abuela que demuestra su amor con su gran sazón”.
No obstante, lo que llama la atención no es el talento de Doña Angela en la cocina, sino cómo su presencia en YouTube –para la que cuenta con el apoyo técnico de su hija– es totalmente disruptiva con el discurso que se ha posicionado en la mente de la sociedad: que la edad es el mayor condicionante que sufren las personas de la tercera edad como obstáculo para su incorporación al mundo virtual. Cuando realmente es la falta de accesibilidad (educación en tecnologías de la educación, elementos técnicos) la que limita a las personas mayores para desplegar plenamente sus habilidades cibernáticas.
A pesar de ello, el panorama ha mejorado. En 2021, alrededor del 19.1% de los usuarios de internet tenían entre 25 y 34 años. En los últimos tres años, el porcentaje de usuarios de internet mayores de 55 años ha ido en aumento, alcanzando el 11% del total en 2021 (Statista 2022).
De hecho, la pandemia favoreció para lo que el portal del Inapam llama “vejeces interconectadas”. Se entiende como la inclusión digital para personas mayores, que permite fomentar la integración social, contribuir al desarrollo personal y reducir la brecha digital por edad, característica de las actuales sociedades digitales.
¿Pero en realidad existen las condiciones en México para lograrlo?
Para algunos expertos como Verónica Montes de Oca, del Instituto de Investigaciones Sociales (IIS) y coordinadora del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Envejecimiento y Vejez de la UNAM, la migración de trámites y servicios en la pandemia de forma abrupta puede ser incluso considerado como violencia o discriminación contra los adultos de la tercera edad.
“Las personas mayores ya se encuentran en condiciones de vulnerabilidad y todavía las estamos poniendo en una situación de desventaja mayor. Hay adultos que tienen desigualdades históricas múltiples: campesinos que no saben leer ni escribir, mujeres de comunidades rurales marginadas, trabajadoras domésticas con antecedentes indígenas, y ahora les pedimos comprarse un teléfono inteligente o una computadora con conectividad para sobrevivir al mundo digital, lo cual no es un asunto menor”.
Al parecer el mundo de igualdad y felicidad que plantea el Inapam en su portal está lejos de ser real. Se olvida que casos de éxito como el de Doña Angela en su cocina es una excepción y no la regla. Que para muchos, la realidad del fogón y del rancho es la única que comparten, y no millones de vistas en YouTube.
