Por. Adriana Luna
El cantante de música ranchera Alejandro Fernández “El Potrillo”, a través de su fundación, de forma altruista será el protector y guía en el aprendizaje musical de más de 300 niños que están albergados en la Casa Hogar Cabañas, lugar invaluable en Guadalajara desde que abrió sus puertas en 1810 para atender a los niños huérfanos y desamparados.
“¡Este año se va a hacer realidad! Ya hemos tenido diversas visitas de personas que están aportando sus ideas, la parte musical, el proyecto, la planeación, los instrumentos, para aperturar la Escuela de Música de la Fundación de Alejandro Fernández”, confió la directora del Hogar Cabañas, Rebeca Melgar Chávez.
El año pasado fue muy exitosa la cena de gala en el patio central del Instituto Cultural Cabañas en beneficio a la escuela de música, Alejandro fue el invitado especial, y sus hijos le acompañaron en el escenario, de ahí comenzó a gestarse la idea de apoyar más a la institución, que ya tenía desde hace años una orquesta infantil.
“Este año va a ser de muchas sorpresas, un año de crecimiento para El Hogar Cabañas, porque tenemos comprobado que la música es el medicamento perfecto para la sanación emocional de los niños. La música es lo que les tranquiliza, la que transforma y la que puede proyectar sentimientos”.
Actualmente se acondiciona el espacio que albergará a los aprendices de música, e incluso se piensa crear un mariachi femenil infantil del Cabañas.
“Estamos preparando la transformación de esta escuela, el equipamiento y la organización de grupos de niños que formarán parte de la magia para hacer una orquesta y me encantaría sacar un mariachi femenil. Vamos a ver el talento que tienen nuestros niños, ¡es mucho! Se está trabajando en esta nueva escuela de música”, enfatizó Melgar.
El anuncio se oficializará posiblemente en el mes de agosto. En la Casa Hogar Cabañas las clases de música (diversos instrumentos: violín, chelo, bajo, metales, saxofón, batería, etc.) y canto forman parte del plan educativo, antaño se contaba incluso con un coro y una orquesta infantil. Durante la pandemia se multiplicó el número de niños violentados que fueron acogidos por el Hogar Cabañas.
