Por. Adriana Luna
¡La pandemia que ha puesto de cabeza a los países ricos, le hizo a México lo que el viento a Juárez! Los grandes grupos criminales, la corrupción y la pobreza fueron sometidos en tres años con la brillante y milagrosa estrategia gubernamental de la 4T. ¡Está cabrón, señor presidente!
El coronavirus ha matado a miles de mexicanos, pero no rueda la cabeza de funcionario alguno. ¿Está para presumirse a los cuatro vientos? El COVID-19 fue padecido por el presidente, por el subsecretario de Salud y esto no provocó cambio alguno en la política sanitaria. ¿Es tan importante lo logrado que hasta podría dejar ahora mismo la Presidencia sin que le duela la conciencia? ¡Está cabrón, señor presidente!
Pararse frente a todo el país y por tercer año consecutivo dar un discurso triunfalista en medio de una crisis económica y de salud mundial. Y en la que para proteger a casi dos millones de niños jaliscienses del coronavirus en el regreso a clases mandó tres termómetros, 30 cajitas de cubrebocas, tres bidones de jabón, tres cubetas de sanitizante y tres cubetas de gel. ¡No, pos está cabrón, señor presidente!
“Tengan para que aprendan”. México tiene un récord histórico en remesas. ¿Desde cuándo hay que jactarse que se multiplican los mexicanos en el extranjero, obligados a mandar dinero a sus familiares para que sobrevivan? ¿Habría que hacer una consulta para conocer cuántos de ellos salieron obligados por la pobreza, cuántos por la violencia y cuántos por no encontrar en su país, las oportunidades suficientes para estudiar o para desarrollarse profesionalmente?
Hay récord histórico en incremento al salario mínimo. ¿Es una hazaña tan maravillosa? ¿Habríamos que preguntar a los mexicanos por qué tienen que buscar dos o tres empleos simultáneamente o por qué 30% de las amas de casa que antes de la pandemia se dedicaban al cuidado de la familia, hoy se ven obligadas a salir a trabajar? ¿Seguro las atrajo la remuneración salarial?
Señor presidente, también presume un récord histórico en la “no devaluación del peso”. ¿No habríamos de cambiar la pregunta a: cuánto aumentó el costo de la canasta básica?
En su mensaje también se jacta de haber recuperado en seis meses, 80% de los empleos perdidos en el año de la pandemia, sin haber apoyado a los hombres de negocios a salvar empleos o brindarles algún descuento hacendario. Más que un logro de gobierno ¡es un milagro!
Y de pilón, mentir una y otra vez, por no decir siempre en estos tres años de gobierno, sobre la disposición de medicamentos para los niños y adultos mayores con cáncer y otras enfermedades terminales, so pretexto de combatir a la corrupción, ¡eso sí está cabrón señor presidente!
La transformación está en marcha y no dejará ningún pendiente. ¿Cómo le hace para ver ese México? Pase la receta, porque ¡está cabrón, señor presidente!
Lo que sí está para jactarse es contar con la extrema lealtad del Ejército Mexicano. ¡Esa sí es una hazaña patriótica! Sólo repase los personajes presidenciales, desde un Gustavo Díaz Ordaz y un Luis Echeverría hasta Vicente Fox Quesada, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador. ¡Está bien cabrón! ¿A poco no?
¿Qué pasaría si hoy se consultara sobre la revocación de mandato? ¿Será tiempo para que llegue una mujer a la Presidencia de la República? ¿Lo permitirá el patriarcado machista? Como diría el abuelo eso sí estaría ¡más cabrón!
