Por primera vez en la historia, los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 destacarán por la alta participación de mujeres en las distintas categorías, al representar el 48.3 por ciento del total de los deportistas.
Como forma simbólica de enaltecer la participación femenina, este año la tenista Naomi Osaka fue la encargada de encender el pebetero.
En 1968 la velocista mexicana Enriqueta Basilio se convirtió en la primera en encender la llama olímpica para los Juegos de Verano en la Ciudad de México.
En 1896 se inauguraron en Atenas las primeras Olimpiadas. Durante la ceremonia, el barón Coubertin expresó que el lugar de las mujeres era en sus hogares porque el deporte era considerado como un símbolo de lo masculino. Más tarde, en 1921, la francesa Alice Milliat protestó por la falta de participación del género femenino.
Desde entonces las mujeres han aumentado paulatinamente y en este año se tiene la mayor contribución femenina a nivel histórico, con un 48.30 por ciento, señaló Hortensia Moreno, académica del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG).
En los últimos tres eventos olímpicos, la participación femenina ha sido del 35 por ciento, un gran avance desde el siglo XIX donde la aparición de las mujeres fue nula.
Aunque el deporte es considerado como una actividad fundamentalmente varonil y sirve para producir masculinidad, las mujeres nunca estuvieron de acuerdo y esto se refleja con el aumento de la participación femenina.
Un hito del feminismo
Actualmente Alice Milliat es considerada un hito histórico del feminismo. En 1921 protestó por la falta de participación de las mujeres en los Juegos Olímpicos, creó sus propias olimpiadas donde participaron varias chicas.
“Desde luego el comité olímpico internacional saltó en cólera y dijo que esos no podían ser denominados Juegos Olímpicos”. A partir de ese suceso la actitud de los directivos cambió y aceptaron al género femenino.
Desde entonces se presentaron varias mujeres para participar y el Comité Olímpico no tuvo más opción que aceptarlas. De esta forma se abrieron las ramas femeniles que tradicionalmente eran varoniles.
La imagen de una deportista
Durante años se ha considerado que un cuerpo atlético no coincide con el canon de feminidad, que se consideran “súper flaquitas”. No obstante, en los últimos años ha cambiado la imagen de la deportista. Por ejemplo, “las gimnastas ya no son flaquitas, que parecía se iban a romper, están más llenitas”.
Quizás Alice Milliat parecía “gordita”, pero en realidad tenía un cuerpo de atleta, como debía ser para una competidora en la categoría de remo, dijo la especialista.
La imagen corporal es algo que afecta en la vida de las mujeres, sobre todo de las niñas, cómo se imaginan que debe ser su cuerpo. Por eso “debemos promover las imágenes de mujeres como la gimnasta Alexa Moreno”.
Alexa Moreno tuvo un desempeño maravilloso, sin embargo, es una chica que ha recibido muchísima hostilidad en redes sociales porque su imagen corporal no coincide con el imaginario que debe tener el cuerpo de una mujer.
En realidad, las mujeres mexicanas no son delgadas, altas o estilizadas y el genotipo es particularmente muy afín al de Alexa. Por ello, “debemos respetar y promover que ese cuerpo femenino es hermoso, eficiente y cumple con los requisitos de atletismo: ser fuerte y competitivo”.
Los retos
El principal reto que han enfrentado las mujeres para participar en los juegos olímpicos es la definición de que el deporte es una actividad completamente masculina. “Todavía existe esa definición bastante dominante y hegemónica sobre todo en los medios de comunicación masivos”.
Los medios de comunicación persisten en una tendencia de considerar al deporte sobre el terreno masculino y en términos de cobertura al deporte femenil se le dedica poco espacio en todo el mundo.
Los Juegos Olímpicos son la excepción desde hace varias décadas. De hecho, el auditorio que ve los juegos en su mayoría es femenino. “Las mujeres tenemos un enorme interés en los Juegos Olímpicos de verano”. Algunas disciplinas se han vuelto más populares por estar desempeñadas por mujeres, la gimnasia artística, por ejemplo.
El reto es convencer a los medios de comunicación de masas que el deporte femenil es un fenómeno cultural “importantísimo” y un espectáculo que vale la pena.
Tokio 2020, récord de participación femenina
Con información de UNAM Global