El Doctor Francisco Javier Jiménez Trejo es Investigador en Ciencias Médicas “C” del Instituto Nacional de Pediatría. Quienes le conocen destacan su probidad. Su denuncia comienza unos años después de su ingreso al laboratorio de Biología de la Reproducción en la Torre de Investigación del Instituto Nacional de Pediatría, cuya encargada del laboratorio es la Doctora Rosa María Vigueras Villaseñor, quien comenzó a presionarlo argumentando en una primera plática en abril del 2018 para que “le entregará la Plaza de trabajo”, -la cual en ese momento era Investigador en Ciencias Médicas “B”-. “Te doy un año para publicar artículos de investigación relacionados con tus líneas de investigación”, atajó.
El Doctor Jiménez Trejo se defendió argumentando que no había podido publicar regularmente ya que ella misma le había encomendado asesorar a sus alumnas de maestría que estaban incorporadas en algún plan de posgrado y le quedaba poco tiempo para realizar sus propios experimentos, pese a que únicamente contaba con un alumno de Doctorado en ese momento.
En aquel momento, quienes conformaban el laboratorio como investigadores adscritos, era la Doctora Vigueras, el Doctor Julio César Rojas Castañeda, -su esposo-, la Doctora Dolores Margarita Chávez Saldaña y el Doctor Francisco Javier Jiménez Trejo.
Varios meses después por segunda vez, la Doctora Rosa María Vigueras Villaseñor le exigió la Plaza que en su momento le ofreció sin otras razones que la imposición y el deseo de tenerla de vuelta, en ese momento y por méritos propios del Doctor Jiménez Trejo, la plaza ya era de Investigador en Ciencias Médicas “C”. Es importante recalcar que de este laboratorio han sido despedidos o reasignados a otros laboratorios al menos seis personas en estos años, entre ellos al todavía Subdirector de Medicina Experimental M. en C. Heriberto Caballero Ortega, conformando una conducta típica de acoso en cuanto surgen inconformidades por parte de la Doctora Vigueras.
En mayo del 2019, el Doctor Rojas, -esposo de Vigueras y en flagrante Conflicto de Interés por más de 30 años-, la Doctora Chávez y Jiménez Trejo compartían oficina, pero sólo el piso del área que ocupaba el Doctor Jiménez Trejo tenía escupitajos o saliva y conforme pasaban las semanas, la superficie del escritorio que tenía asignado también era “salpicado”, generando un grave caso de transgresión hacia el investigador.
Que terrible debe ser que la Doctora Vigueras tenga que limpiar en su casa la insana y grosera costumbre de su maleducado marido, – ojalá nunca haya sido babeada-. Se imaginan, al día cada persona genera de uno a dos litros…. Lo interesante de esto es que justo cuando el Doctor Jiménez Trejo salía a alguna diligencia o al sanitario… vualá…el Doctor Rojas hacía alarde de su mal hábito de escupir en piso y escritorio de su colega porque no creo que fuera por “no regresarles la plaza ofrecida”.
Lo que no sabe ni la Doctora Vigueras ni el Doctor Rojas es que estos restos líquidos fueron cuidadosamente recolectados por el dueño del escritorio y sirvieron de muestras para la búsqueda de un posterior estudio de ADN y resultó positivo hasta el momento al menos para la enzima amilasa específica de humanos.
Sigamos. Previó al día del inicio del conflicto formal el Doctor Jiménez Trejo platicó con la Directora de Investigación, la entonces Doctora María Dolores Correa Beltrán y el M. en C. Caballero Ortega, en una reunión informal acerca de un proyecto sobre el inicio de una Nueva Unidad de Servicios para pacientes que han sido sometidos a quimio o radioterapia para salvarguardar sus gametos masculinos o femeninos y tener la posibilidad en el futuro para poder tener familia, conocida esta rama de la medicina emergente como Oncofertilidad. Además, Jiménez Trejo hizo de su conocimiento los escupitajos que “aparecían” en la superficie de su escritorio y una endeble Doctora Correa le pidió resolver el asunto con la Doctora Vigueras a pesar de que Jiménez Trejo se lo solicitó por oficio, que por cierto, ni lo quiso recibir y menos firmar el acuse de recibido, por lo que inmediatamente el Doctor Jiménez Trejo se ganó el asedió, hostigamiento y presión laboral para que fuera excluido ese mismo día de un comité de evaluación del Instituto relacionado con el manejo adecuado de animales de laboratorio (CICUAL), el jefe de este comité en un oficio, le dio las gracias por pertenecer a dicho comité y al regresar al laboratorio la Doctora Vigueras le comentó que lo habían echado del comité por faltas de asistencia acumuladas, lo cual no era cierto. Así que Vigueras también “escupe” pero no saliva sino mentiras.
La Doctora Vigueras hizo lo posible por que se levantara a Jiménez Trejo un acta por abandono de trabajo justo en el tiempo en que recibía asesoría en el Comité de Ética y Prevención de Conflictos de Interés (CEPCI), con esta acción coercitiva bajo el apoyo de un tal Licenciado de nombre Moisés buscaba el despido y la pérdida de la plaza como investigador en el Instituto; a Jiménez Trejo se le “aisló y removió de lugar en la oficina reubicándome a un lado de la tarja de lavado de manos donde el olor era demasiado desagradable”, además, varios alumnos indignos y borregos ejercieron también su aislamiento y evitaron relación alguna con Jiménez Trejo y en parte también personal del laboratorio, hubo persecuciones dentro del mismo Instituto, pero ahí no paró todo, la Doctora Vigueras lo acusó de sustraer reactivos (robo), de promocionar a otros investigadores, como niña chiquita y traviesa le desaparecía su bitácora de trabajo y lo grave es que querían ligarlo a denuncias de acoso sexual de tres alumnas que nunca prosperaron.
En alguna otra ocasión su esposo el Doctor Rojas logró que los guardias de seguridad del Edificio de Investigación “echarán fuera” a un alumno de Doctorado de la UNAM del que el Doctor Jiménez conformaba parte de su comité de examen de candidatura previo a su titulación, además de que este “doctor” tomó fotos del INE del alumno generando un agravio más por parte de esta pareja de “investigadores”. Esta queja ante las autoridades correspondientes sigue en curso.
Como consecuencia del resguardo en casa generado por la pandemia y como parte de su labor creativa el Doctor Jiménez Trejo en septiembre del 2020 organizó y coordinó un evento llamado Simposio Virtual Internacional de Ciencia y Deporte (generalidades en salud I) y abril de este año 2021 el 2º Simposio Virtual Internacional de Ciencia y Deporte (generalidades en salud II), avalado por el INP; sin embargo, para este 2º evento la Doctora Vigueras hizo lo posible administrativamente hablando para evitar que se llevará acabo dicho evento, lo cual no consiguió.
Lo que le hacían al investigador Jiménez Trejo tuvo una reacción en su salud y entró en depresión, ya no tenía ganas de asistir al trabajo, el saber que conviviría con quienes no lo respetaban le causaba ansiedad, perdió el apetito, horas de sueño en las noches, y otros aspectos de salud que afectó su equilibrio biopsicosocial y puso en riesgo su salud en general por el estrés constante de septiembre 2019 a marzo 2020. Acoso y hostigamiento laboral llamado ahora de manera internacional bossing y mobbing.
Después de eso y de encontrar elementos de bossing y mobbing el CEPCI le permitió cambiarse de adscripción hacia otro laboratorio relacionado con sus líneas de investigación en cuanto terminara la pandemia y existieran mejores condiciones de trabajo. Aun así, continúa la presión por parte de la Subdirección de Medicina Experimental a cargo del Maestro en Ciencias, Heriberto Caballero Ortega, y del encargado de la Dirección de Investigación, el Doctor Jesús Antonio Oria, al grado que el pasado 14 de junio, fue requerido para salir del laboratorio y reasignarlo presencialmente a una aula con sillas y mesas en el primer piso de la Torre de Investigación “supuestamente” hasta encontrar un nuevo laboratorio que pueda recibirlo como Investigador.
“Después de platicar con al menos siete encargados de diferentes laboratorios de investigación para solicitar nueva adscripción, el ejercicio de búsqueda ha sido no solo estresante sino desgastante. Es tanto el estrés que me genera hablar de esto que prefiero olvidar otros episodios desafortunados que me ha generado la situación de acoso y hostigamiento laboral por parte de la Doctora Vigueras y su esposo el Doctor Rojas”, expresó Jiménez Trejo.
La denuncia es dejar en claro que las circunstancias que enfrenta el investigador, además del acoso laboral, es un claro aislamiento e incertidumbre temporal.
Hace varias semanas que hemos denunciado el acoso y hostigamiento laboral presente en todos niveles, oficios y/o profesiones ávidos de una asesoría adecuada de profesionales de la salud y especialistas en la aplicación de normas, reglamentos y comunicados al respecto del tema, como ahora lo es la Norma Oficial Mexicana NOM-035-STPS-2018, Factores de Riesgo Psicosocial en el Trabajo-Identificación, Análisis y Prevención, para proteger a los trabajadores contra este tipo de arbitrariedades que afectan el estado de salud general.
Desafortunadamente estamos denunciando que instituciones tan nobles como el Instituto Nacional de Pediatría con una función importante para la sociedad y vital para los niños de nuestro país, con investigadores con niveles excelsos de preparación académica y cultural aparentemente mayores que el promedio de la población nacional, tengan que estar “tolerando” tantas bajezas e inmundicias. Sin que nadie ponga orden y a cada quien en el lugar que merece.
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