Por. Fernando Coca
Por olvido o a propósito, el presidente López Obrador lo ha dejado fuera de su lista de prospectos para ocupar la presidencia cuando él deje el poder.
La lista presidencial la encabezan la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum y el canciller Marcelo Ebrard. En ninguna de las menciones del presidente aparece Ricardo Monreal, el coordinador de los senadores de MORENA.
Pero Monreal ya dijo que sí quiere y que, en cuanto salga la convocatoria del partido, se apuntará.
El auto destape del zacatecano es visto, por los más puros-duros del morenismo, como una indisciplina al líder real de MORENA pues, si el presidente no lo nombró, por qué se está saltando las trancas.
Para la mayoría que observa y analiza la política nacional, Monreal es uno de los tres políticos con posibilidades de suceder a López Obrador en la presidencia.
Tomemos en cuenta algo, una de las primeras victorias electorales del PRD, de impacto nacional, fue el triunfo de Ricardo Monreal como gobernador de Zacatecas. Y lo hizo de la mano de Andrés Manuel López Obrador, entonces presidente del partido del sol azteca.
La operación política de Monreal es innegable, sin embargo, muchos morenistas lo ven con recelo. Primero, por su actitud para no reconocer el triunfo de Claudia Sheinbaum en la encuesta interna en la que MORENA determinó a su candidata a jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
Pero lo que más les ha podido a los puros de MORENA es la presunta operación de Monreal para apoyar a los candidatos de la opositora Alianza por México y, en especial, la dolorosísima derrota de Dolores Padierna en la alcaldía Cuauhtémoc.
Aunque Monreal se ha deslindado de esas acusaciones, tiene que demostrar que no lo hizo pues él sabe que en MORENA hay que comprobar no ser culpable de las acusaciones cuando “los que fundaron el movimiento” ven sus parcelas de poder perdidas. Y el equipo electoral de la jefa de Gobierno insiste en culpar al senador de la derrota en la ciudad y varios municipios y distritos del Valle de México.
Y también tiene que lidiar con la figura del canciller Ebrard que, si bien ahí no hay un frente abierto, la actividad del secretario de Relaciones Exteriores para atender todas y cada una de las encomiendas presidenciales con resultados positivos, lo podrán como parámetro para decirle al senador que no pudo sacar las tres últimas reformas que el presidente quiere en la segunda parte de su mandato.
Monreal quiere. ¿Lo veremos todavía en MORENA en el 2023?
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