Símbolo del feminismo en América Latina, Rosario Castellanos fue considerada la poeta mexicana más importante del siglo XX, al saber explorar todos los géneros literarios.
Un día como hoy, pero de 1925 nació Rosario Castellanos, quien además de ser una mujer destacada en las letras, también fue diplomática e impartió cátedra en su alma mater, la UNAM.
Dedicó su obra a defender los derechos de las mujeres en un mundo dominado por los hombres y dar voz a los indígenas.
Estudió la licenciatura y la maestría en filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México. Su obra literaria inició en 1948 con la publicación de Trayectoria del polvo. En 1957 publicó su primera novela, Balún Canán, y en 1962 su novela Oficio de tinieblas.
Posteriormente inició su etapa narrativa y ensayística con Ciudad real, Los convidados de agosto, Álbum de familia y Mujer que sabe latín, su obra feminista más importante.
Declaró que la mujer es un reflejo de la sociedad misma y de la educación que se le imparte, tal como señaló en “Cartas a Ricardo”, publicadas en 1994.
Ganó el premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores por “Ciudad real”.
Murió electrocutada en Tel Aviv, Israel. P.G.
FRASES EMBLEMÁTICAS
“Matamos lo que amamos. Lo demás no ha estado vivo nunca.”
“Para el amor no hay cielo, amor, sólo este día.”
“El que se va se lleva su memoria, su modo de ser río, de ser aire, de ser adiós y nunca.”
“A veces, tan ligera como un pez en el agua, me muevo entre las cosas feliz y alucinada”.
“Algún día lo sabré. Este cuerpo que ha sido mi albergue, mi prisión, mi hospital, es mi tumba”.
“Éramos el abrazo de amor en que se unían el cielo con la tierra”.
“No es que el poeta busque la soledad, es que la encuentra”.
“Y no podemos escapar viviendo porque la Vida es una de sus máscaras”.