La gira de trabajo que realiza el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump se da en un contexto de una serie de escándalos políticos. El tema ruso lo sigue, y todo parece indicar que será su talón de Aquiles. Ya veremos si tiene la capacidad de disuasión para evitar un juicio político de destitución.
En esta coyuntura se encuentra realizando su primer viaje al exterior. Arabia Saudita fue su primer destino. Las imágenes de su vista a ese país resumen el contenido de la misma. Un contrato millonario de venta de armas por alrededor de 110 mil millones de dólares y el reforzamiento de la alianza con ese país parecen ser los logros de este primer alto. No son sucesos menores debido a las implicaciones que esto trae consigo en la región, de por sí convulsionada por conflictos añejos y por la guerra civil en Siria.
La visita a este país, me parece, también es un claro mensaje a Teherán para que cese su intervención en el conflicto en Siria y mantenga su disposición de seguir colaborando con la vigilancia de su programa nuclear mediante la inspección por parte del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Precisamente la semana pasada se llevaron elecciones en Irán, las cuales dieron como resultado la reelección de Hasan Rohaní con el 57% de los votos y quien se ha caracterizado por un tono moderado hacia el exterior. No hay que olvidar las rivalidades de carácter religioso entre Irán y Arabia Saudita, las cuales pueden desencadenar desequilibrios más allá de sus fronteras. La venta de armas a los sauditas seguramente reactivará la incertidumbre e inestabilidad regional.
El segundo destino de la visita de Trump es Israel, aliado indiscutible de Estados Unidos en la Medio Oriente. Es casi un hecho que la alianza entre Washington y Tel-Aviv será determinante en el destino de otros conflictos regionales como el de los palestinos (Franja de Gaza) y la expansión de los asentamientos, así como las fricciones con Líbano por el tema del grupo extremista islámico Hammas.
Después de Medio Oriente, el siguiente destino es Europa (Italia y Bélgica) donde sostendrá encuentros con el Papa Francisco en el Vaticano, líderes europeos (Macron entre ellos) y atenderá dos importantes reuniones: 1) la de la Organización Tratado del Atlántico Norte (OTAN) donde se verá si lo dicho en campaña “la OTAN es un organismo obsoleto” es parte del pasado y Estados Unidos renueva su alianza con la Organización con miras a enfrenar Rusia con sus aspiraciones de expansión geopolítica y 2) con los miembros del Grupo de los 7 (G7) que representa a las economías más desarrolladas del mundo. Aquí se pondrá a prueba la capacidad de persuasión de Trump en varios temas, destacando el económico y financiero.
No cabe duda que esta gira internacional de Trump es de suma importancia. De llegar a acuerdos y alcances significativos en materia de política exterior, es posible que la atención de los recientes escándalos merme, de lo contrario, muy pronto seremos testigos de un nuevo capítulo de la política interna de los Estados Unidos llamado “el adiós del magnate mediático” que alguna vez se sintió el amo y señor del mundo.
Adolfo Laborde. Analista internacional http://adolfolaborde.com/
