Con el propósito de empatar las acciones del Ejército con los derechos humanos y con ello reforzar el compromiso de avanzar en mejores prácticas y procedimientos, la presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Rosario Piedra Ibarra, y el secretario de la Defensa Nacional (SEDENA), Luis Cresencio Sandoval González, participaron en el inicio del Programa de Cursos en Derechos Humanos que capacitará a las fuerzas armadas del país.
La ombudsperson nacional destacó que con ello se marca el inicio de una relación estrecha entre ambos organismos públicos que permitirá incidir en la formación no solo de la tropa, sino de los mandos, que son quienes emiten las órdenes, y destacó “la voluntad de su Alto Mando, que hoy tiene el valor de fortalecer, con actos como este, su compromiso con el pueblo, asumiendo sin regateos la defensa de los derechos humanos como el paradigma central de su actuación”.
“La relación que estamos estableciendo aquí no es de complicidad ni de encubrimiento, sino para ir construyendo afinidades, porque estoy convencida de que compartimos la visión de la primacía de los derechos humanos, más que evidente en este esfuerzo que están librando por resarcir errores del pasado, contribuir a sanar heridas y encarar este tiempo nuevo muy cerca del pueblo y de sus expectativas de transformación, algo que es de enorme trascendencia para el desarrollo democrático de nuestro país”, dijo Rosario Piedra.
Así mismo, detalló que “el vasto programa de talleres y cursos que nos proponemos desarrollar a lo largo de los próximos meses es ambicioso y muy significativo. Recorreremos juntos el país, iremos a las regiones y zonas militares de la mano, para lograr un plan de educación en derechos humanos que no tiene precedente”.
Además, que las actividades militares están orientadas a la acción, y los derechos humanos poseen un conjunto de principios y valores que permiten orientar dicho actuar, teniendo como centro la dignidad humana, por lo que se debe buscar un equilibrio en el actuar de las fuerzas armadas que conjugue diversos aspectos fundamentales: el principio del respeto por la vida y los derechos de las personas, y fomentar al máximo el equilibrio emocional en situaciones de conflicto apegándose a los principios de la organización militar: la obediencia, el honor y la disciplina.
Ante las amenazas que se gestan en el seno mismo de la sociedad, el narcotráfico y el crimen organizado, abundó la Ombudsperson Nacional, las fuerzas armadas mexicanas están frente a un desafío de mayor relevancia, que implica involucrarse en un doble proceso de cambio, el que necesita el país, al pasar de un concepto de seguridad que caracterizaba a los ejércitos convencionales, la fuerza, a un nuevo e innovador concepto de seguridad basado en la inteligencia, la interoperatividad, la velocidad y la cooperación, en el cual la fuerza debe usarse de una manera controlada y casi quirúrgica, desde un enfoque de derechos humanos.
Piedra Ibarra, agregó que un elemento fundamental en este cambio es la convicción profunda de que la democracia es el sistema que brinda las mejores oportunidades de desarrollo para una nación, a partir de los principios de libertad, pluralismo, tolerancia, justicia y el desarrollo económico, como elementos virtuosos para la gobernabilidad política y la cohesión de la nación, donde las fuerzas armadas son un elemento esencial. Por ello, subrayó, la CNDH seguirá haciendo su tarea, observando, cuidando, denunciando, recomendando donde haya violaciones a derechos humanos, defendiendo al pueblo de México.
“Estamos convencidos de que lo haremos en conjunto con ustedes, porque juntos podremos incidir mejor en esta nueva reforma educativa y cultural que le ha tocado encabezar a usted general Sandoval, tan o más ambiciosa de la que se emprendió en los años 20”, señaló la presidenta de la CNDH.