Por. Fernando Coca
La elección del 6 de junio podría tener un componente especial, como pocas veces en este país, que le dé un giro inesperado a la forma de definir a quienes gobernarán municipios y estados, y quienes legislarán en congreso locales y en San Lázaro.
Ante lo sucedido el 8M, provocado por la violencia sistémica en contra de las mujeres, la elección de junio podría ser definida por el feminismo.
Las y los candidatos (ahora que la ley obliga a la postulación del 50 por ciento de las candidaturas para mujeres) deberán presentar propuestas que le den certezas a las mujeres, principalmente en el rubro de seguridad.
La llegada de los programas sociales impulsados por el presidente López Obrador desde que era jefe de Gobierno del DF, les ha quitado a los políticos el discurso de que su gestión “será la de luchar contra la desigualdad y la pobreza”. Con todos los errores de la operación de los programas sociales, las propuestas de quienes quieran ser presidentes municipales, alcaldes o legisladores y gobernadores deben estar dirigidas al sector mayoritario en la lista nominal: las mujeres.
Por ejemplo, los discursos de campaña deben ser propuestas para erradicar la no violencia en contra de ellas en las calles, pero tampoco en sus casas; que haya mejores oportunidades laborales con salarios competitivos en igualdad con los que reciben los hombres. Son solo dos temas de un abanico inmenso para que la sociedad mexicana alcance la paridad en todos y cada uno de las actividades de la vida social, política y económica del país.
Yo no veo al feminismo como la oposición al gobierno del presidente López Obrador, considero que el poder electoral de las mujeres puede redefinir el rumbo del país. ¿Habrá candidatas y candidatos que propongan una visión de gobierno y para legislar a favor de las mujeres?
La Letrina
Gravísimo lo denunciado por Adrián Rubalcaba, el alcalde de Cuajimalpa. El que lo quisieran extorsionar, secuestrar o asesinar -a él, su familia y colaboradores- pone en focos rojos la integridad del alcalde.
El tema preocupa pues, en los últimos meses, personas que fueron funcionarios en la administración de Rubalcaba han sido detenidos por presuntas ligas con el crimen organizado que opera en la demarcación que él gobierna.
Preocupa más porque se quiere reelegir y no ha procurado transparentar cómo llegaron esas personas a ser parte de su administración.
Las investigaciones que realiza la Fiscalía General de Justicia de la CDMX deben comenzar por ahí. Sin duda, las agresiones contra Rubalcaba, que son graves, ponen la elección de la CDMX, y la de Cuajimalpa, en la lupa. Ojalá que ni sean actos para victimizarse y, mucho menos, que el crimen organizado, que creció en estos tres años, quiera tomar la demarcación para evitar la llegada de candidatos que los combatirán.