Por. Óscar H. Morales Martínez
Así empieza una famosa canción de rock en español de los 80’s, ahora en voz del “enanito verde” de Palacio Nacional.
La finalidad de cualquier muralla es brindar protección y defensa a un determinado sitio, cerrar un lugar, aislar un territorio y, sobre todo, separar.
No se necesitaba de una cerca alrededor de Palacio Nacional para entender lo que está sucediendo en nuestro país: apatía y odio de la clase gobernante a ciertos sectores de la sociedad.
Con ese muro, se está abriendo una herida más honda en los corazones de los mexicanos y especialmente de las mexicanas, cuyas voces silenciadas durante tanto tiempo, esperaban encontrar apoyo en quien se ha autoproclamado como el Presidente más feminista de todos. Él les ha fallado y claramente con esta y otras acciones, les ha cerrado los caminos y puentes de diálogo y entendimiento.
Bajo la excusa de que se está protegiendo el patrimonio histórico nacional y brindando protección a las mujeres al evitar que existan enfrentamientos directos con las fuerzas públicas, se esconde el reconocimiento de la promesa fallida y la mentira dolosa. Así como el gobierno cuida el patrimonio, debería cuidar a las mujeres.
Quizá el único mérito de esa barrera metálica es que enardecerá un movimiento de cambio.
La pandemia ha incrementado la violencia contra la mujer y cada día se coloca una nueva cruz en el largo camino de los feminicidios. Lo terrible es que la impunidad es la tierra que las sepulta.
No sé cuál será la siguiente estrategia del gobierno: si amurallar más monumentos, tapiar ventanas, hacer fosas con cocodrilos y pejelagartos, aventar aceite hirviendo desde las terrazas. El punto es que, sea con murallas o sin ellas, seguirán sin respuesta los legítimos reclamos de las víctimas mientras no exista voluntad política de atenderlos y empezar a resolverlos. La barrera sigue en la mente de los gobernantes y de los machos.
Ignominioso regalo para celebrar el Día Internacional de la Mujer en México.
No debe olvidarse la lección que dieron las mujeres en las últimas elecciones de los Estados Unidos: su poder para derrocar gobiernos. De acuerdo a las gráficas de votación, si únicamente hubieran votado las mujeres norteamericanas, Joe Biden hubiera tenido 462 votos electorales contra 76 de Trump.
Es difícil calcular el costo político que tendrá esta acción vergonzosa para Andrés Manuel López Obrador y su partido MORENA, pero definitivamente habrá alguno. Esperemos que se vaya desmoronando ese castillo de arena que ha construido el monarca tabasqueño.
Pero con independencia de los yerros gubernamentales, necesitamos que la sociedad reconozca la paridad e igualdad entre mujeres y hombres, no por una cuestión de género, sino por dignidad y respeto. Simplemente porque todos somos seres humanos.
Solo así, desde casa, con los cimientos de la educación, se romperán malos hábitos y costumbres machistas. El cambio empieza en cada uno de nosotros y ese es el reto que tenemos pendiente por cumplir.
Felicidades a todas las mujeres, en especial a las talentosas periodistas y colaboradoras de este gran espacio de comunicación. Gracias infinitas.
