La dirigente de Birmania, Aung San Suu Kyi, y otras destacadas figuras del partido gobernante fueron detenidas ayer, informó el portavoz de la gubernamental Liga Nacional para la Democracia (LND), y las fuerzas armadas asumieron el poder.
Los arrestos se dieron tras días de tensiones entre el gobierno civil y el ejército, que provocó temores de un golpe de Estado tras una elección que los militares calificaron de fraudulenta.
El portavoz de la Liga Nacional para la Democracia, Myo Nyunt, dijo que la también Premio Nobel de la Paz, Suu Kyi; el presidente Win Myint y otros líderes fueron “llevados” ayer por la mañana.
“Quiero decir a nuestra gente que no responda de forma precipitada y quiero que actúen conforme a la ley”, afirmó.
En tanto, el ejército birmano proclamó el estado de emergencia por un año y nombró al general Myint Swe como presidente interino.
Esta decisión es necesaria para preservar la “estabilidad” del Estado, afirmaron los militares en una declaración en la cadena de televisión del ejército NAME.
Condena internacional
Estados Unidos y la ONU condenaron la detención de Aung San Suu Kyi.
“Estados Unidos se opone a cualquier intento de alterar el resultado de las recientes elecciones o impedir la transición democrática en Birmania, y tomaremos acciones contra los responsables, si esas medidas no se revierten”, dijo la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, en un comunicado.
Con “la declaración del traspaso de todos los poderes legislativos, ejecutivos y judiciales a los militares, estos hechos asestan un duro golpe a las reformas democráticas en Birmania”, afirmó el secretario general de la ONU, António Guterres.
Mientras que Australia pidió la liberación de Aung San Suu Kyi y otros dirigentes políticos, y acusó al ejército de “intentar una vez más tomar el control” del país.
“Llamamos al ejército a respetar el estado de derecho, a resolver las disputas mediante mecanismos legales y a liberar inmediatamente a todos los dirigentes (políticos) de la sociedad civil y a otras personas detenidas ilegalmente”, declaró Marise Payne, ministra de Relaciones Exteriores.
REUTERS y AFP