La cinta mexicana del director Fernando Frías, Ya no estoy aquí, fue nominada en la categoría de Mejor Película Iberoamericana de los Premios Goya.
Se presentaron 155 películas, de las cuales 82 son de ficción, 72 son documentales y solo una es de animación (el Goya más cantado del año). 57 son óperas primas. Se han presentado 35 cortos, 56 películas europeas y 16 cintas iberoamericanas.
La gala de los Goya 2021 tendrá lugar el 6 de marzo en el Teatro del Soho CaixaBank de Málaga y contará con la conducción de Antonio Banderas y María Casado.
Ya no estoy aquí
Por Paty Betaza
Porque tampoco estoy allá. Porque el narcotráfico despojó a muchachos como Ulises, de sus amigos, su barrio, su ciudad y su patria. Porque sin saber cómo ni en qué momento el crimen organizado puede apoderarse de jóvenes humildes, cuyo único desahogo al parecer es bailar cumbia. Esa cumbia sonidera, muy de Kolombia, como así le llaman a una zona marginada de Monterrey, y que es una mezcla de la cumbia colombiana con el baile de los cholos, -como se les conoce despectivamente a los mexicanos que radican en los Estados Unidos-. Es la película Ya no estoy aquí de Fernando Frías, que fue elegida para competir como mejor película extranjera en el Oscar que se realizará en abril. Porque en la película se escucha en varias partes a Felipe Calderón hablando de la Guerra contra el narcotráfico, es posible ubicarla en ese sexenio. Pero podría ser de hoy. Fue Calderón quién golpeó el panal de avispas que se diseminaron con furia por todo el territorio nacional, pero a dos sexenios la violencia generada por el crimen organizado sigue sin dar tregua. La pandilla Los Terkos, integrada por hombres y mujeres sortea la violencia familiar, el abandono escolar, la ausencia de padres, la desigualdad en toda su expresión, con la cumbia; pero muy a su estilo, bailando casi agachados y moviendo con fuerza las piernas . El más estrafalario es Ulises, con un peinado muy especial. Así, parecen acostumbrados a todo lo que ven y escuchan, de que algo raro pasa en su barrio. Pronto se dan cuenta que algunos, incluso más jóvenes, ya traen armas y se llevan con integrantes de algún grupo criminal, hasta que aparece otro cártel más fuerte y más violento. Así, un día Ulises es expulsado por la violencia hacia los Estados Unidos. Lejos de todo y de todos se da cuenta que no existe un sueño americano y que ahí se experimenta otro tipo de violencia: la del racismo, la discriminación. Es simplemente una escoria humana, aquí y allá a pesar de tener un corazón y una nobleza enormes. Sí, la desigualdad y la marginación parecen condenar a un presente sin futuro, a vivir como se pueda a salvar el día. Era la Kolombia regiomontana en la guerra contra el narcotráfico. La situación no ha cambiado mucho para muchos. Ya no estoy aquí, está en Netflix.