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La Commune de París
Por. RAÚL JIMÉNEZ LESCAS
La tal Comuna se instaló siete años después de que fuera fundada la Primera Internacional. El viejo Engels llegó a decir que La Comuna:
“… sin lugar a dudas hija espiritual de la Internacional, aunque ésta no hubiera levantado el meñique por ella, y es completamente justificado que se la ponga por responsable”.
Por su parte, su compadre Marx exclamó:
“La Comuna anexa a Francia a los trabajadores del mundo”.
Y, sobre sus acciones, escribió: “La gran medida social de La Comuna fue su propia existencia y su acción. Sus medidas particulares no podían sino indicar la tendencia de un gobierno del pueblo para el pueblo”.
¿Cuáles fueron las principales medidas que implementó?
1. Adoptar el sufragio universal, secreto y directo (solo electores masculinos).
2. La abolición del viejo ejército y la sustitución por la Guardia Nacional (Arturo Rimbaud diría: “Los guardias nacionales no son soldados sino ideas vivientes”).
3. La formación de Comisiones de trabajo, en total 10, como la famosa Comisión de Salud Publica.
4. Control de los salarios de los funcionarios, a quienes se les destinó un salario equivalente al que ganaban los obreros medios calificados (no podían exceder de los 6 mil francos).
5. La sustitución de la policía por los obreros armados. Raoul Rigault, cuando asumió sus funciones de delegado a la Prefectura de policía el 20 de marzo, exclamó: “No vengo a implantar la legalidad aquí; vengo a hacer la revolución”.
6. La separación de la Iglesia del Estado. Nacionalización de los bienes eclesiásticos.
7. La laicidad: supresión de la enseñanza católica en las escuelas. El día 8 de abril, se ordenó retirar todas las imágenes religiosas de las escuelas. La historia recuerda la exclamación de Raoul Rigauld: “Dios es el absurdo”.
8. La transformación de varias iglesias en clubes populares, como el club Central de París en la Iglesia de San Eustaquio.
Y apareció la maestra, Louise Michel, con su Unión de mujeres y al mando de un Batallón Femenil. Un día se lamentó:
“¡Oh!, si esos hombres devotos [los miembros del Comité Central] hubieran tenido… menor respeto por la legalidad, ¡cómo habría avanzado revolucionariamente La Comuna sobre el camino de Versalles!”.
Otras medidas importantes fueron la abolición del trabajo nocturno en las panaderías (28-04-1871). El paso a manos obreras de las fábricas abandonadas por los patrones que huyeron a Versalles. “El 16 de abril, La Comuna ordenó que se abriese un registro estadístico de todas las fábricas clausuradas por los patronos y se preparasen los planes para reanudar su explotación con los obreros que antes trabajaban en ellas, organizándoles en sociedades cooperativas, y que se planease también la agrupación de todas esas cooperativas en una gran Unión”.
La formación de una Comisión del Trabajo, que reguló la producción y se esforzó en colocar a los desempleados en otros lugares de trabajo. Fueron devueltos los empeños. La moratoria al pago de alquileres (el 30 de abril, La Comuna ordenó la clausura de las casas de empeño). La colocación de familias obreras que vivían en los sótanos en residencias de los ricos que huyeron de la revolución. “El día 6 (de abril), el 137° Batallón de la Guardia Nacional sacó a la calle la guillotina y la quemó públicamente, entre el entusiasmo popular”.
“El 5 de mayo, dispuso (la Comuna) la demolición de la Capilla Expiatoria, que se había erigido para expiar la ejecución del Luis XVI.”.
Sin embargo, La Comuna no tocó el Banco Central, el tesoro de Francia. Eh ahí una terrible debilidad. “Lo más difícil de comprender es indudablemente el santo temor con que aquellos hombres se detuvieron respetuosamente en los umbrales del Banco de Francia. Fue éste además un error político muy grave. El Banco de Francia en manos de La Comuna hubiera valido más que diez mil rehenes. Hubiera significado la presión de toda la burguesía francesa sobre el Gobierno de Versalles para que negociase la paz con la Comuna.”.
Además de los obreros, las mujeres participaron organizadamente en el gobierno comunero; los 20 barrios populares y, algunos intelectuales y poetas, como A. Rimbaud, que redactó un borrador de Constitución para la Comuna.
El poeta Arturo Rimbaud, dejó sus recuerdos a las luchadoras féminas:
Ellas iban pálidas, maravillosas,
bajo un sol de amor marchando
junto al bronce de las ametralladoras
a través de aquel París alzado.
Asimismo, se declararon otras Comunas en Lyón, Marsella, Toulouse, Creusot, entre otras ciudades, aunque estás fracasaron… Los comuneros de París se esforzaron en buscar la alianza con los campesinos y editaron más de 100 mil volantes en forma de manifiesto:
“La tierra para el campesino, las herramientas para el obrero, el trabajo para todos”.
Pero La Comuna no comprendió del todo, la importancia de la alianza obrera y campesina.