Emilio “L” fue director general de PEMEX en el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Emilio “L” está acusado de lavado de dinero, cohecho y asociación delictuosa. Es uno de los funcionarios del gobierno de Peña Nieto que está en manos de la justicia, pero no en la cárcel, por actos de corrupción.
Lo interesante en el caso de Emilio “L” será, a quiénes va a denunciar de haberlo instrumentalizado, presionado e intimidando para cometer actos fuera de la ley como recibir sobornos de la brasileña Odebrecht (la empresa que corrompió a América Latina) o comprar a sobreprecio Agro Nitrogenados.
Para la opinión pública, Emilio “L” es culpable de todos los delitos que se le imputan.
Sin embargo, hay tres vías en las que el juicio se desarrollará: el jurídico, el político y el electoral.
La primera vía esta corriendo ya. Emilio “L” no pisará la cárcel pues consiguió que le pusieran un dispositivo electrónico para saber en dónde se encuentra.
El juicio en política comenzó antes de la llegada del imputado a México, cuando se supo que había recaudado dinero para la campaña presidencial del 2012 y que, a cambio de sobornos y pago de favores de quienes financiaron a Peña Nieto, se le dieron contratos a Odebrecht y se compró una planta de fertilizantes inservible.
El juicio electoral comenzará en la campaña del 2021 cuando la cruzada contra la corrupción estará en su punto más alto.
Será en ese momento cuando sepamos bien a bien, los nombres de quienes se prestaron, a cambio de un módico moche, a aprobar las reformas que “salvarían a México”.
El caso de Emilio “L” es la oportunidad de la Fiscalía de Alejandro Gertz Manero de demostrar que es independiente y autónoma. También es la oportunidad de clavarle la estaca al corazón de la impunidad. Es el chance esperado por los mexicanos para desterrar para siempre la corrupción de la vida pública.
Esperemos que Emilio “L” pase a la historia como el soplón que derrumbó a la mafia del poder. Quizá él sea el único que no pisará la cárcel, pero los mexicanos esperamos que quienes lo “instrumentalizaron” para la corrupción, pasen muchos años tras las rejas, sin importar el cargo que ocuparon.
¿Estamos en la antesala del fin de la impunidad?
La Letrina. La corrupción provocó que más de la mitad de los mexicanos vivan en pobreza; la que impidió el desarrollo económico, político y social que nos merecíamos. Por eso no debemos dejar de estar pendientes del caso de Emilio “L”. Nuestros derechos humanos fueron violentados por la corrupción de los gobiernos del PRI y del PAN.