Son muchos los comentarios tanto a favor y en contra que circulan por las redes sociales con respecto a la visita del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, a su homólogo en la Casa Blanca Donald Trump. Con tristeza queda más que confirmado que no hay manera en que podamos estar de acuerdo, mientras para unos puede parecer un acierto y un acto valiente y digno, atender a la invitación del mandatario de la nación más poderosa del mundo para negociar términos sobre el T-MEC y cumplir con el protocolo diplomático que desde el sexenio pasado se debió cumplir; para otros simplemente no es así.
Son muchos también los que se han dedicado a criticar todo, desde el acto en sí, hasta detalles tan irrelevantes como el uso del cubrebocas, desviando la atención a puntos muy importantes como la comitiva que acompaña al Presidente de destacados empresarios mexicanos y la solemnidad y camaradería con la que se les recibe en La Casa Blanca, por parte de un Presidente que por lo general muestra hastío y desprecio a este tipo de eventos.
En fin, de todo hay en esta viña del señor, siempre tendremos puntos de vista distintos y opuestos, los mexicanos nos caracterizamos por tener opiniones disyuntivas y expresarlas por lo general sin ninguna responsabilidad.
Por ello, quisiera permitirme con gran humildad compartir la opinión de esta valiente niña de ocho años, opinión que pidió a su mamá grabara en video para poder compartir su punto de vista. Quiero aclarar que esta niña que es mi sobrina no tiene ninguna influencia de ningún adulto y sus padres que no son lopezobradoristas y jamás han manifestado simpatía por nuestro actual Presidente. Han educado con libertad y responsabilidad a Romina y a sus hermanitos. Sorprendidos igual que yo por su lucidez mental me hicieron favor de hacerme llegar este video.
Es simple y llanamente la opinión de una niña, de una niña mexicana que vio el video en donde ciudadanos atacan e insultan al Presidente en un acto solemne, cuando rendía homenaje frente al monumento a Benito Juárez, Benemérito de Las Américas, en Estados Unidos.
Ella, igual que muchos de nosotros, pensó que gritar insultos a diestra y siniestra desde su auto, la mayoría sin sustento ni razón real, muy lejos de verse bien, es una auténtica falta de respeto hacia los símbolos patrios como lo son la bandera de México; el Presidente Benito Juárez, orgullo de todos los mexicanos y personaje conocido y reconocido a nivel mundial; y a nuestro Presidente que cumple con su responsabilidad de negociar y fortalecer la unión y el respeto con nuestro vecino del norte.
Romina no sabe mucho de opinión pública, ni de enemistades partidistas ni de fricciones públicas.
Ella, Romina Lejtik Morán, es solo una niña, lo suficientemente sensible e inteligente para advertir que al compartir en redes sociales este tipo de comportamientos no hacemos ver mal al Presidente, nos vemos mal nosotros y nos proyectamos como una sociedad ignorante, irrespetuosa y fraccionada.
Es mucho lo que deberíamos de aprender de los niños de México y mucho lo que tenemos que analizar sobre nuestra pobre y lamentable manera de proceder.
